-¿Un poco mas de vino señorita?.
_No debería pero bueno, por un día no pasará nada ¿no? Sírvame un poquito mas. Muchas gracias.
Esa fue la peor decisión que he tomado a lo largo de mi vida, empecé a recordar tantas cosas amor mío, el suave tacto de tu piel, tus manos rodeando mis caderas, tus besos recorriendo mi boca.
Las lágrimas empezaron a asomarse por mis ojos una vez más, he sido una estúpida, no debí de hacer eso.
Debo de irme a mi casa, no puedo estar ni un minuto mas en este sitio; está lloviendo, genial, el cielo llora una vez mas conmigo, ojala pudieses ver mi patética estampa, empapada en una mezcla de lágrimas y lluvia.
No puedo más, estoy sola, destrozada y calada hasta los huesos, sin pensarlo me dejo caer quedándome de rodillas, en una posición todavía mas patética que antes, pero ya nada me importa, tú no estás a mi lado, no sé cuando volveré a verte, deseo abrazarte y no puedo... ¡Y este maldito vino hace que recuerde cada segundo que he pasado a tu lado!.
Los párpados me pesan, la boca está seca, irremediablemente el sueño me invade... Y mientras mis ojos se cierran por su propio peso noto que alguien me agarra, cogiéndome entre sus brazos, reconozco este perfume... Intento abrir los ojos y veo borroso, mi vista solo alcanza a ver una cosa... Unas hermosas alas. En mi mente ahora mismo ya no hay lugar para el miedo. Sabía que eras un ángel... Lo sabía...
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