Partimos de los base que esto es una licencia “literaria”, no pretendo echar por tierra, ni tierra al Génesis ¡!Dios me libre!!.

Dios después de crear el cielo y la tierra viendo lo bien que le había quedado ….(!!hay que ver!!, y lo hizo todo en seis días y sin ayuda de nadie...con operarios asi acabamos con la crisis en un “SANTI AMEN”, nunca mejor dicho), un poco harto de tanto pajarito, flores y bichitos varios (no voy a decir una palabra de los dinosaurios, estos ya se habian extinguido,¿?... (ya lo pensaré otro día) hablo de los otros la mayoría los conocemos en la actualidad aunque algunos estaban "medio crudos" con el tiempo fueron evolucionando) se dijo para si mismo, con voz de Dios –VOY A CREAR ALGO A MI IMAGEN Y SEMEJANZA- elijió barro de la mejor calidad y esculpió una mujer, se quedó entusiasmado con el resultado, pero aún faltaba lo mejor, sus muchas prestaciones que no tardó en descubrir, en un abrir y cerrar de ojos le dejó el paraíso como los chorros del oro, orden y limpieza por doquier, al poco tiempo Dios notó que la mujer estaba triste y alicaída y le preguntó –QUE TE PASA MUJER?- ella tímidamente le respondió- he observado que en las otras especies hay hembras y machos, mira los monos, ¡!no, mejor ahora no mires!! están a lo suyo, -A LO SUYO?- pregunto Dios sorprendido, y echando un vistazo a los simios comprendió.

Siendo Dios consciente de las necesidades de la mujer, retomó el barro que le había sobrado de la obra primigenia, añadió agua y otros ingredientes menos nobles (la cantidad de que disponía no era suficiente, improvisó y las consecuencias ya son sabidas de todos, la “masa” le salió un poco flojilla) el resultado fue…el hombre, como no le complacía del todo, se lo mostró a la mujer que tampoco quedó satisfecha, ella se permitió hacer alguna que otra sugerencia para mejorarlo (en resumidas... Dios creo al hombre al gusto de la mujer) y los dejó a su libre albedrio (bueno libre, libre, del todo, no, tenían una restricción, la que ya conoceis, lo de la serpiente y la manzana) digamos... que casi erán los dueños y señores del Paraíso, la mujer le hizo una sola advertencia a su compañero, !!no te acerques a la serpiente, es una VIBORA!!, pero él ni caso (su excusa de siempre “me olvide”, la mujer era comprensiva ¡que se puede esperar de alguien que está hecho de retales?), todo funcionaba de maravilla, hasta el día en que, ella, regresó de su paseo diario, él la esperaba con cara de satisfacción, por primera vez aportaba algo, en sus manos había una lustrosa manzana, por no desanimarlo, ella la tomó y ante la insistencia del hombre que esperaba anhelante, comenzó a mordisquearla con desgana, no había dado ni tres bocados, cuando… apareció el ángel desahuciador, que los puso de patitas en la calle, pero esa, es será otra historia.