YO VI UN PLATILLO VOLANTE


Hace mucho, cuando era un adolescente, caminábamos un amigo y yo por un paraje solitario. Éramos dos muchachos muy incrédulos. Con mucha lectura de ficción por delante y una mente muy abierta.
Al pronto, dije.
—Mira, Pedro, por el horizonte como una estrella muy brillante se acerca —en un instante, la tuvimos a pocos metros de nosotros. Se hizo más de día. La luz que aquel aparato irradiaba nos cegó. Los dos amigos nos abrazamos de miedo, y ni una sola palabra salió de nuestra boca.
Poco a poco, la calma volvió a nosotros. Un sentimiento de paz embargó nuestros corazones, el miedo desapareció. De rodillas nos pusimos a rezar. Con la esperanza que de aquel aparato saliera la mismísima Virgen, o algo parecido. Llenos de alegría, los dos hablamos a la vez. “¡Salvados! ¡Estamos salvados!”
Llenos de regocijo, dábamos saltos y gritos de júbilo. Al pronto, mi amigo dijo:
—¡¡Mira, José!! De la nave sale como una especie de tubo.

“! MIERDA¡¡ESTO ES MIERDA! ¡ESTOS CABRONES DE MARCIANOS NOS HAN LLENADO DE MIERDA!”.

FIN.
J.M. MARTÍNEZ PEDRÓS.

Todas las obras están registradas.

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