Hoy visité la Tierra. Su antesala es encantadora. Un vasto color azul claro repleto de suaves nubes blancas y grises que flotan, ni caen ni descienden, se mantienen viajando hasta que llueven, que de hecho pude admirar una que llovía a lo lejos. Seguí mi camino hasta el suelo, pero aun estando bastante alto me dediqué a admirar a los seres que viven en este planeta. Los vi muy organizados moviéndose en carriles, lo que indica que es una cultura inteligente. Los individuos eran bastante grandes, más que nosotros, tienen un aspecto metálico, reflejan el sol en ellos y son de muchos colores. Tienen rostros similares unos con otros, aunque no todos. Además observé, y esto llamó mucho mi atención, se mueven con ruedas; tienen cuatro, un par en la parte de al frente y un par en la parte de atrás. Ruedas negras y gorditas.
Desde lo alto que me encontraba pude ver muchos carriles de seres viajando todo el tiempo hacia adelante hasta destinos diversos. Por cierto, no hablan unos con otros, no gesticulan siquiera alguna emoción. Todos corren a velocidades parecidas según el área, unos limpios, otros sucios. Espié a uno con la vista hasta que lo vi llegar a un lugar donde se detienen todos por filas. Cuando se detienen, dejan salir extensiones muy pequeñas de ellos que caminan con dos patas y varían en tamaño. Estas cosas extrañas parecen no soportar el clima del planeta, por más hermoso que yo lo percibo, puesto que vi cómo se movían derechito hacia las estructuras más cercanas. En mi guía aparecen nombres de ejemplos como “centros comerciales”, “trabajos”, “hospitales”, “hogares”, etcétera. Ellos entenderán.
Me pareció aburrido y viajé a 500 mph por unos veinticinco minutos y llegué a otro lugar. Acá los seres también se parecían bastante, pero se veían más viejos, el sol no se reflejaba tanto sobre ellos, no eran tan lustrosos como los anteriores. Sin embargo la conducta era la misma. Correr y detenerse en filas justo al lado de alguna estructura para dejar salir a sus extensiones que se escondían, quizás alérgicas a la energía solar. Qué extraña cultura. No quise aterrizar luego de lo que vi. Me devolví por las hermosas nubes y no pienso volver jamás.
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