En un planeta llamada Tirane habitan unos seres vivos que tienen unas capacidades cognitivas espectaculares, ellos han pasado gran parte de su vida dedicándose a entender su naturaleza y cómo poder evolucionar, cumplen con un ciclo aburrido de nacer crecer, reproducirse y morir, allí convive la familia Monsalve conformada por los padres Jorge y Julieta, y los niños. Javier y Jennifer; el padre se desempeña como ingeniero mecánico en una empresa automotriz, la madre es abogada litigante, y los pequeños asisten a una escuela primaria, un día mientras los niños de 8 y 10 años respectivamente, al regreso de la institución fueron abordados por un paciente psiquiátrico quien tomó al pequeñuelo por su mollera y lo golpeó contra la pared de una calle ante la vista atónita de todos, lo hizo en repetidas ocasiones y luego se fue como si no hubiera hecho nada malo.
Rápidamente una ambulancia llegó al lugar, Jennifer no paraba de llorar, mientras algunos compañeros trataban de auxiliarlo dándole respiración y prestándole primeros auxilios, pero él estaba totalmente ido de este mundo; cuando lo llevaron al hospital todavía tenía sus signos vitales; mas al llegar a la institución de salud se comunicó que el niño había entrado en coma y que no sabían si algún día saldría de eso. Entretanto Jorge se encargó de localizar al enfermo y mandó a unos sicarios que lo desaparecieron de la faz de la tierra y así lo hicieron.
Javiersito no reaccionaba, sus padres y hermana estaban destrozados, no obstante continuaron con sus actividades matutinas manteniendo conectado al hijo a los cables que lo sostenían en la relación con su familia, al principio Jorge pedía permiso en el trabajo 3 veces en la semana, empero con el paso de los meses, lo fue haciendo menos seguido, una vez al mes durante el primer año, tiempo en el que inquirió a los doctores sobre la situación real de su vástago y ellos sólo se atuvieron a responderle que era incierto el camino que recorrería el infante sin embargo lo podrían conservar en esa situación por si acaso sucedía un milagro y despertaba, lo cual afirmó toda la familia unida; no perderían la esperanza de volver a ver su familiar ver la luz del día hasta que todo no estuviera perdido.
Jennifer ingresó al bachillerato y también sus padres ascendieron en sus carreras, ahora Jorge era el representante de un concesionario y Julieta fue puesta como jefe de oficina; todavía el chiquillo no mejoraba su situación y sus familiares comenzaron a perder las expectativas hasta el punto de querer desconectarlo, pero la que lo impidió fue la mamá porque si fuera por el papá, él estaba cansado de esa situación, porque habían pasado ya dos años y nada que se veía un cambio en la salud del impúber, así que Jorge se imaginó que lo único que estaban haciendo era prolongar el sufrimiento de ambos, aun así Julieta perseveraba en que en algún momento algo se podía transformar dando un despertar a su hijo.
Lamentablemente lo que sí ocurrió fue que los años continuaron transcurriendo, cuando sucedió el incidente Jennifer estaba finalizando la primaria, pero ya han pasado 6 años más y ella ha culminado el bachillerato, sus padres han continuado expandiendo sus labores en determinadas diligencias; prontamente los padres reflexionaron acerca de todas las experiencias agradables en las que el infantillo había estado ausente, ¡cuántos cumpleaños, navidades, años nuevos, días del amos y la amistad, días de San Valentín etc.! Esto sin mencionar que ya debería estar en la última etapa de la educación media; elucubrando sobre esto Julieta comenzó a imaginar la forma en la que podría restituir todos los años sollozados, con una gran cantidad de fiestas que haría en el momento en el que despertara de ese gran sueño.
Después de 5 años más Jennifer se graduó como zootecnista en una prestigiosa universidad de la ciudad e hizo una reunión en la que invitó a muchos de sus amigos de varios lugares, también gente de la iglesia, puesto que durante su etapa universitaria empezó a asistir a una congregación cristiana en la que le dieron la ilusión de que Dios haría su voluntad y que había que esperar pacientemente en sus preceptos acerca de lo que sucedía con su hermano, ella se aferró a las prédicas de sus líderes para esperar el despertar de Javier, empero ya habían pasado más de 10 años y todavía no habían ni cambios positivos ni negativos, estaba como un vegetal.
Pasaron 10 años más y llegó el momento en el que se presentó una anormalidad; Jennifer se había casado con un hombre llamado Manuel, y tenían dos hijos, Fernando y Angélica; mientras que Jorge y Julieta continuaban trabajando incansablemente para obtener una pensión y luego retirarse a otras actividades menos desgastantes; ahora la utopía de Jennifer era que el hombre que en el tiempo presente tenía 28 años conociera a sus sobrinos. El médico cirujano llamó por celular a la señora Julieta para informarle que Javier estaba completamente recuperado, como si con el transcurso de esas dos décadas se hubiera dado una metamorfosis, al siguiente día le darían de alta, necesitaba unas horas de descanso para restablecer su funcionalidad.
Lo recibieron sus padres, Jennifer y su familia; la primera pregunta que él se hizo fue ¿Cuánto tiempo ha pasado?, el papá con desolación le manifestó: 20 años, sin embargo le habló con cariño que todo se iba a recuperar. Prontamente Javier finalizó sus estudios primarios y secundarios, efectuó una educación a distancia para la parte universitaria mientras trabajaba como mesero en un restaurante, posteriormente continuó con más estudios, ahora de posgrado, también se unió en matrimonio y concibió 3 nuevas existencias, Gabriel, Juan y Martha. Cuando cumplió 40 años ya había realizado todas estas cosas, entretanto que su hermana a la misma edad tenía casi los mismos logros que él; con todo esto Javier fue muy infeliz hasta el día de su muerte, por haber traído tres muertos a este mundo, y ya en su ancianidad, con varios nietos, a los 94 años, mientras dormía tuvo un paro cardio – respiratorio, en el que sufrió tremendamente. Fue uno de los pocos seres que pudo vivir hasta esa edad, sólo para sentir el peor horror al morir dormido.
Año de fallecimiento: 1898. |