-¿Es cosa mía o la vecina de al lado es muy rara?.-Se preguntaba Sara.
-No es cosa tuya, esa niña está muy mal, dicen que está loca, que tiene problemas psicológicos.-Le respondió su hermana intentado meterle un poco de miedo.
-Valla, pobre niña, ojalá pudiera ayudarla.-Dijo Sara con pena.
-No estés con esa niña, está loca.-Interrumpió la madre.
-Yo estoy segura de que no es tan mala, a lo mejor si la ayudas, la conoces y tal, puede no resultar tan rara.-Dijo Sara.
-No estés tan segura hija.
-Yo estoy de acuerdo con mamá, es la que tiene razón, así que no seas cabezona y no vallas con esa niña.-Dijo su hermana.
Sara se quedó unos segundos pensativa, y después se fué a su cuarto.
AL DÍA SIGUIENTE
-Adiós mamá me voy a..., al..., al..., al parque. Tartamudeó insegura Sara.
-Mamá no está, vuelve dentro de 1 hora. Le dijo su hermana.
-Uf, perfecto.-Dijo aliviada Sara.
-¿Cómo has dicho hermana?.
-Nada, nada, digo que...adiós.
Sara corrió hasta la casa de la "vecina loca" y tocó en la puerta.
Nadie abría; la casa estaba desierta. [Seguro que han salido] pensó Sara.
De repente, la puerta se abrió de golpe, y detrás de ella había una siniestra niña, vestida de blanco, con unos cabellos negros, enormemente largos, le mostraba una sonrisa un poco escalofriante.
-¿Quién eres?, si eres de los de los anuncios no queremos la nueva tarifa plana, y si siguen dando la lata lo pagarán caro.-Dijo muy enfadada.
Sara reía a carcajadas.
No, jajaja, no soy de los anuncios, soy Sara; la vecina de al lado.
-Vale, ¿pero a qué a venido?.
-A ayudarte, me han dicho que tienes algunos problemas y me gustaría hablar contigo.-Le dijo Sara con simpatía.
La niña entró en una fase de furia extrema, y empezó a gritar y a romperlo todo.
-¡Yo no tengo ningún problema niña enterada, te lo digo, y si vuelves a aparecer por mi casa te pasarán cosas, muy malas!
-Lo siento, pero no me pienso ir de aquí, quiero ayudarte.-Dijo Sara muy decidida.
La niña arrastró a Sara dentro de su casa, le dió un golpe en la cabeza y la ató.
Continuará