EN LA CUMBRE DEL CONOCIMIENTO
-Abuelo, ¿puedo pasar a mirar la tele? -Dale entrá, prendela y mirá…
Al rato; - ¿Abuelo vos te leíste todos esos libracos
-No te escucho, bajá eso si querés hablar.
-Que si te tragaste todos los libros de esa biblioteca.
-Todos, seiscientos treinta y cuatro y los releo todavía.
-¡La mierda! Entonces sos un sabio, abuelo
-No tanto, un investigador y ya retirado además.
-Retirado pero mundial, tenés libros hasta el techo y en todos los idiomas, me parece...
-Es que estuve en varios países. Encerrado todo el día en un laboratorio, no te crea que paseando por ahí...
-La abuela me dijo que estuviste en Cuba, ¿es cierto? - Como becado, recién recibido en mi especialidad. Cinco años estuve. Muy buena gente, buenos profesionales, buena predisposición...
- ¿Y conocise a ese Miguel Castor tan famoso?
- Fidel Castro se lllama. Por supuesto, es una persona muy interesada en todo, Y por demás de atenta y conversadora. No hablamos de política pero me envió un regalo al hotel cuando supo que me iba...
-Pero también estuve en Estados Unidos, Francia, Alemania, Suiza y Japón. Siempre con todo a mi disposición, en cada lugar valoraron mi capacidad y entrega. Acá no apoyan a la ciencia.
…Y ya que hablo de interesar y no interesar, cómo andamos por casa, Estás leyendo algo que te atrae. -Lo justo abuelo, lo justo, lo que me piden para la escuela y nada más.
-¡Ajá! Para la escuela un poquito, y más para vos ¿no?
- Para qué abuelo, si yo no quiero ser científico, no me gusta andar curioseando...
-¡Ah sí! ¡“Chocolate por la noticia”! Ya me dí cuenta, y gracias por lo que me toca a mí ... Y quién te dijo que tenés que serlo.
-Nadie, porque eso de andar escarbando siempre en lo mismo debe ser reembolante.
-La cosa no necesariamente tiene que pasar por ahí, adquirir conocimientos generales ya desde chico no está de más, te vas formando culturalmente…
... Y yo abuelo te puedo leer una historieta cómica, algo de ciencia – ficción, o una revista de deportes y pará de contar…
- Bueno, algo es algo. De ciencia, pero de ficción, fantástica digamos... Y no , no creo que tenga algo de eso por acá.
- Y seguro que no, vos conocés de la verdadera, la que va en serio...
-¡La pucha que sí, con los años que le dediqué!
-Toda tu vida me imagino, pero descubriste algo rebueno, algo copado que valga la pena.
-Abrí un camino, una línea de investigación que ahora siguen otros. En la ciencia pasa esto.
La exploración es tan trabajosa como subir una montaña y pocos llegan a la cima del éxito.
Muchos como yo, apenas han llegado hasta la mitad, pero dejando puntas de ideas que los colegas después se encargan de profundizar... Digamos que esto mío no se deja nunca. Ya te mantenés activo brindando toda la información que te solicitan desde cualquier lugar.. Es lo que esperan de nosotros. Que no bajemos los brazos frente a las necesidades de la humanidad. ¡Pero escuchame una cosa ! Me estás prestando atención, mirando televisión o durmiendo directamente.
- Abuelo, te estoy prestando atención, y mirando la televisión directamente, ¿ puede ser?
- Para ustedes sí. ¡Suerte la de esta juventud que pueden concentrarse en dos cosas distintas a la vez!...Ya me parecía, cuando te quedaste calladito me dejaste hablando como un reverendo estúpido a las paredes. Pero la verdad, es que te felicito. ¡ Qué necesitás escuchar si ya sos todo un genio, pedacito de mi alma que no le importa nada de nada !..
Silencio por diez segundo y: -Bueno abuelo… ¿Puedo ir a jugar con ese perrito que trajiste ayer?... ¿Es un cachorro y mansito, no?
-Andá tranquilo nomás. ¡Y no rompan las plantas que la abuela los mata a los dos, o a los tres...!..
-Y que nombre tiene...
-Todavía ninguno...
-Lo estás investigando entonces ...
-¡Salí de mi vista por favor que no te soporto!...
Al otro :
-¿Abuelo, puedo pasar a mirar la tele? Dan una de ciencia – ficción.
- Vos sabés que podés… el que se va sin que lo echen... Pero desde yá ponela despacito te digo.
Al rato; -Abuelo, ¿ayer, ese libro estaba arriba de todo?
-No alcanzo a ver con estos lentes de cerca, pero sí veo que te has venido con el sentido de la observación de punta, digamos.
A ver ahora, señalame cuál.
-Ése grandote que está solo y sobresale, acostado en el último estante, de tapas rojas.
-¡Ah, ése! Lo tenía en mi dormitorio porque lo estaba revisando, pero ya está.... ¡Ay, vos no sabés lo que significó eso siendo yo tal joven!¡Un verdadero descubrimiento, una revolución!
-Cuando me lo entregaron, lo terminé en una semana. -Muy interesante entonces abuelo... - -
-Algo distinto...con mirarlo ahora me retrotrajo como a cincuenta años atrás. Cuando empezaba a descubrir un mundo nuevo, cosas distintas,todas cosas para mayores te aclaro...
-Entonces es una novela zarpada abuelo...
- No, acá ninguna novela entra.
¡El diario de tu vida!
-
-Menos que menos, ni loco. ¡ Y pará, pará y pará. A mí no me gustan las adivinazas, así que terminá de preguntar y preguntar de una buena vez!..
-
¡Abuelo, quién te entiende! Ahora que me intereso por algo me contestás tan mal así . Entonces de leerlo yo, para nada...
No quiero ser aguafiestas, pero no. ya te dije que es para mayores. Para hombres adultos y a vos te falta algunos años más. Así que paciencia con la ciencia. Mirá, si hasta la naturaleza misma nos esconde siempre sus secretos y….
- ¡Abuelo!, no empecés con el mismo el tema, soy chico pero no un boludito y me doy cuenta.
-Vos mismo lo dijiste, sos chico, así que ha esperar el momento justo… El libro está ahí y ahí se quedará por mucho tiempo.
- Sé que te insistí con eso de la curiosidad, pero tenés que saber que todo empieza a comprenderse desde abajo.
Mirá a Einsten, un día paseando por una playa, un poco por la arena mojada y otro por la seca
descubrió la inédita tensión que actúa sobre la superficie molecular de los fluidos líquidos, y después elevando la mirada, desarrolló la teoría universal de la relatividad, ni más ni menos.
-¡Pero escuchame, otra vez! Me estás prestando atención, mirando la telev…
-¡Abuelo! Estoy directamente: Dur-mi-en-do. Estaba, porque ya que me despertaste con tus gritos...¡Y ya me voy a jugar con el perrito que está rebueno!.
-Andá tranquilo nomás que acá me quedo cuidando ese libro que ya tiene la rabia declarada.
¡Y dejá bien apagado ese aparato porque no me gusta que quede prendido sin que nadie lo mire!
Al otro día:
-Abuela ¿podré jugar con el perrito?
-Y porqué no, mientras no me rompan las plantas… Pero si querés ver televisión fuerte, podés, porque el abuelo está de conferencia y vuelve tarde…
Casi pidiendo permiso entra a la biblioteca, silencio de todo, y pone la tele fuerte. Al fondo lo espera esa montaña de libros, alta hasta ese libro rojo. Sacando tres por estantes le queda una escalera. Y arriba va, trabajosamente, temblequeando, exaltadamente ansioso a la cima del conocimiento prohibido. Con una mano llega y lo toca. Pero está pesado para bajarlo, y al menos quiere ver su título en la portada.
Entonces lo para sobre el estante, lo mira de cerquita, y no tiene titulo. Firuleteado está, y la tapa se le abre sola en la cara.
Primero, un vaho de años encerrados ahí lo sofoca, un aroma agridulce sale de ese “librote” que enseguida resulta ser su simple imitación en un estuche de regalería. Pero la sorpresa mayor está adentro; una barrita de chocolate se le ofrece como inesperado premio a la curiocidad, claramente, ya que en su falso envoltorio escrito a máquina pudo leer un irónico y abreviado decir; “Por la noticia"...
El abuelo malhumorado lo había puesto a prueba con su premeditada revancha, pero antes de dejar todo como si nadie hubiese tocado nada, y bajarse tragando la indignación, un detalle quiizás menos importante para él lo detiene un minuto más así pendiente; en el mismo fondo, forrado en fino papel apergaminado, todavía se dejaba leer muy engalanadamente esta frase de verdadera etiqueta: “Placer Caribeño” - 24 habanos de Finísima Calidad.
|