La familia siempre procuró que flotara entre nubes rosadas y cielos azules. La abuela,le leyó cuentos de hadas y madrinas; principes y castillos, desde que estaba en el vientre materno. Por eso cumplidos los siete años le preguntó a la nana " cómo será mi príncipe azul?". Sin dudar la mujer le respondió: "como en los cuentos pero lo importante es que sea lindo por dentro y por fuera."
Tiempo despuès de la escuela la llevaron al Museo de la Humanidad. Todo llamó su atención, pero se detuvo extasiada frente un modelo tamaño natural del cuerpo humano abierto a la mitad. El lado derecho mostraba la piel y el izquierdo los organos internos. Horrorizada comprobó que el corazón no era hermoso como los atravezados con flechas de Cupido ni como el Sagrado Corazón de Jesús. Higado, riñones e intestinos espantosos. Con ganas de vomitar llegó a casa, corrió y se arrodilló ante la nana y con la voz propia del sueño roto le suplicó: " me conformo con que mi principe azul sea hermoso por fuera".