Pordiosero

Sobre el áspero camino empedrado
van los pasos del caminante herido
es un lamento el aire que lo roza
mientras las hojas vuelan de sus nidos.

Una cascada de sueños va cargando
pierde algunos paso a paso en el camino
sabiendo que la vida es cual la rosa
mitad espinas, mitad rubor y aromas.

Cierra su saco como pretendiendo
que el corazón no se escape con la brisa,
tiene miedo pues sabe que no puede
descubrir el amor bajo las piedras.

La gente mira pero siempre sin verlo
prefieren ver la belleza de la vida
y no perciben que también él puede
ser un bello ser más allá de la vista.

Tiende sus manos al mundo
mendigando algo que a otro sobre:
algunos se conmueven otros pasan,
pasan cual si fuera la simiente de la peste.

Curar quisiera el corazón
colocar de un tirón una promesa
y creerla realmente, con el alma,
sin temor de perder la cabeza.

Un dolor sin remedio lo consume
algunos tragos le devuelven la vida
pero se sabe mendigo y pordiosero
un paria en este mundo sin consuelo.

Algún día tal vez lo pille la muerte
quizá dormido si es que tiene suerte
y alguien se digne a verlo como a un niño
que se ha dormido para siempre
a un lado del camino.



De mi tercer libro de poemas: ¨Cadencia de silencios¨