Alba caminaba sola por la carretera esperando a que alguien viniera a ayudarla. Estaba triste y a la vez asustada porque no sabía donde estaba, ni siquiera donde estaban sus padres ni su otra familia.
Después de aquel accidente Alba no vio a nadie en el coche, era como si, por arte de magia, hubiesen desaparecido todos. Alba vio entre unos arbustos una especie de señal que decía: Doll's City, y más adelante, vio una gran puerta que conducía a una ciudad. Alba, pensando en que en esa ciudad habría personas, entró corriendo y gritando: ¡Por favor, que alguien me ayude, por favor! Nadie contestaba.
-Es como si toda la gente hubiera desaparecido. Se -dijo Alba a sí misma.
Cuando Alba iba caminando por la calle, veía muñecas, muchísimas muñecas tiradas por el suelo; algunas sin ojos, otras pocas descuartizadas, de algunas solo quedaba la cabeza...
Cuando Alba vio este desastre empezó a tener mucho miedo, y corrió hacia la puerta de salida muy desesperada, pero se iba dando cuenta de que, cada paso que daba, la alejaba más de la salida; sin embargo, si intentaba retroceder no.
Alba muy cansada, recorrió toda la ciudad, tocó en las casas, pidió ayuda gritando...Pero nada sirvió.
Ya era casi de noche, y Alba se dio por vencida, buscó un pequeño parque donde pasar la noche, y allí durmió.
Alba no había escogido el lugar perfecto para dormir, porque a las 3:00 escuchó una tímida voz que provenía de los columpios. Alba no estaba asustada, al contrario, porque le alegraba que por fin hubiese alguien en la diabólica ciudad.
Alba se acercó sigilosamente a la extraña figura y sin bajar ningún tono dijo:
¡Por fin, por fin he encontrado a alguien en esta espantosa ciudad! Oh, siento molestarte pero es que llevo tanto tiempo aquí perdida que...
La tímida figura permaneció como estaba, aveces murmurando cosas que no se entienden...
De repente, la figura se dio la vuelta, ¡era una muñeca! Pero esta no estaba rota, eta estaba en perfecto estado, era muy bonita, tenía la cara blanca y pálida, y la miraba con una cara rígida y sin expresión.
-¿Cómo has dicho, que esta ciudad es, diabólica?-Dijo con un tono de enfado.
-Yo...Lo siento, no pretendía...
-No pasa nada, pequeña tienes toda la razón, de hecho, deberías irte, las muñecas no somos solo bonitas, también tenemos otras aficiones. - Dijo la muñeca mientras se reía con esa cara de malvada.
Continuará |