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EL PAJARERO
De todas maneras mi padre, estimulado por las corrientes políticas o por una convicción muy propia me obligo a terminar mis estudios. Termine la carrera de Agronomia en la Universidad Central y, en la humilde salita de la casa de mis padres, colgué el diploma que certificaba que yo era un ingeniero agronomo. ¡ Uno mas..!
Uno mas que no conseguía empleo, para ejercer la carrera, de muchos que fuimos graduados en mi año y en otros anteriores , fuimos solo una estadística, si. Solo eso.
Mi padre poseía siete manzanas de tierra, heredadas de su padre que heredo del suyo y así hasta generaciones desconocidas por falta de información escrita. Diez cabezas de ganado, sin contar las dos vacas con sus terneros que nos proveían de la leche para el consumo y la fabricación de los quesos que mi madre ahumaba , colgándolos de una de las vigas del techo de la cocina donde el humo del fogón de leña ascendía mas denso . Un poco mas de una manzana de tierra se la daba en usufructo a don Tobias para que sembrara maíz y en pago este, don Tobias, le daba una parte de la cosecha . En la finca teníamos naranjas agrias ,mangos, jocotes, un gran árbol de aguacates, cuatro o cinco guayabos, un pequeño platanal, unas diez gallinas ponedoras a las cuales estaba prohibido tocarlas, solo cuando ya eran muy viejas mi madre disponía de su sacrificio para un “buen caldo de gallina” como decía ella. Una pareja de chompipes y una puerca pelona, blanca e inmensa que en el ultimo parto tubo diez chanchitos de los cuales mi padre vendió ocho, cuando fueron destetados. En realidad la finca de mis padres daba , o producía, lo necesario para comer. La venta de algún ternero o torete. La carne que mi padre vendía, a la orilla del camino, en el mismo lugar y sobre la propia piel de la res, d onde venia don Hipolito a ayudarle a descuartizarla por un pedazo en pago. La venta de plátanos, ¡ Racimos verdes, gruesos, sanos, grandes ! El sabroso queso que mi madre ahumaba , los chanchitos blancos, hermosos, gritadores, de pequeña y enroscada cola . La caza de mi padre,con su vieja escopeta de bajo calibre, que lo mismo cazaba un venado, un guarda tinaja, que, una sabrosa iguana cargada de huevos .
Mi padre confeccionaba unas bellas y resistentes jaulas las cuales, junto con los pájaros que El agarraba , vendía en el pueblo que nos quedaba como a 15 Kilómetros de nuestra casa. Ya de niño, mi padre, tenia la habilidad de saber atrapar pájaros con jaulas de cepo que el mismo creaba y desde entonces vendía , por lo cual era conocido, cariñosamente, con el apodo de El pajarero.
Para cuando termine mis estudios y volví a la casa materna mi padre poseía una gran jaula donde depositaba los pájaros. En ella se mezclaban los Balseros de pecho manchado con sus oscuras alas en contraste con su pecho naranja, las palomas Ali blancas con su agradable canto mañanero , algo así como Huu-uu-uu. Los Pijijes que después de acostumbrados al encierro se mezclaban con los patos domésticos de la casa, dándole un bello y alegre colorido a nuestro traspatio, con sus picos y patas rojas y su negra barriga y, los preferidos y domesticables chocoyitos, de un verde vibrante , con su ancha linea de color gris que corre por su cabeza hasta su cuello, el reflejo amarillo de sus alas y sus inquietos ojos de intenso color negro rodeados por una linea blanca , como dibujada con un fino pincel.
Papa tenia un gran sentido del humor, de un humor campesino, elaborado, sencillo y profundo.
Hombre acostumbrado a cumplir con la palabra dada como si fuera un documento firmado y acuñado. Tenia por principio la lealtad , odiaba el engaño, la hipocresía y el abuso en todas sus manifestaciones , por eso a todos en la casa nos extraño cuando tomo al Chocoyito y con un pedazo de algodón amarrado a un palito y embadurnado con azul de metileno y otro de rojo aceptil, comenzó a pintarle la linea gris de la cabeza y el cuello del animalito, dejándolo como una exótica y extraña ave nunca antes vista por aquellos lares.
Fue mama la que pregunto intrigada.
– Camilo, ¿ Porque estas pintarrajeando a ese pájaro..?
– Una broma al compadre Toño – Contesto sin levantar la vista de su obra de arte.
– ¿ Al compadre Toño..? – Volvió a preguntar mama aun mas intrigada.
– Si mujer, el siempre se las da del que mejor conoce de los animales de estos rumbos y yo le voy a llevar este ejemplar a ver si adivina que pájaro es..
El viernes por la mañana, papa preparo las jaulas y los pájaros que llevaría al pueblo para su venta y con ellos mezclo al Chocoyito pintado , que dentro del verdor de los otros, destacaba sus colores rojo y azul . Mi tío Lorenzo lo llevo al pueblo en su vieja camioneta junto con las jaulas y pájaros.

El parque, aquella mañana, estaba repleto de gentes de los alrededores y muchos turistas con sus cámaras fotográficas sus pantalones cortos, su coloridas y floreadas camisas y sus sandalias de cuero tejidas, curioseaban en las improvisadas estanterías que los lugareños habían montado para exhibir sus mercancías. Brazaletes tejidos con hilos de colores, collares confeccionados con semillas de frutas, blusas de hilo blanco con elaborados y coloridos bordados , tallas en maderas preciosas de míticos animales, copias de piedras grabadas por los aborígenes con extraños e intrincados símbolos , sombreros hechos con hojas de palma. Rusticas alcancías de yeso pintadas con llamativos colores, semejando gordos cerdos con una desmesurada apertura horizontal en sus lomos. Cintos de piel,gruesos y anchos con sus grandes y brillantes hebillas , plumas de guacamayas y pavos reales. Elaboradas espuelas de plata. Pequeñas replicas, en piel, de monturas para diminutos e imaginarios corceles. Cuadros al oleo recien pintados llenos de lomas,
,arboles, flores, ríos, casas de tejas rojas como la sangre., aves increíbles, llenas de colores y largas colas de plumas tornasoladas. .. ¡ Pájaros..!

– Debo confesarte que no conozco a ese animal – Le decía Toño mientras se acomodaba su raído y sucio sombrero y acariciaba su mentón sin afeitar. – Yo creo que es un pájaro de otro país o que a alguien se le soltó o...¡ Vaya usted a saber..! – dijo exhalando un profundo suspiro.
Mi padre no podía aguantar la risa y moría por los deseos de confesarle a su compadre Toño que el había pintado al animal , pero tenia que disfrutar un poco mas de la broma, se lo diría por la tarde y dejaría al compadre Toño con la duda que, sabia, le molestaba mas que un clavo en su zapato.
– ¿ Cuanto vale ese pajarraco de cabeza roja..? – Raul Miranda, uno de los hombres que mi padre no resistía por petulante, mal hablado,abusador y embustero. Estafador de los nobles campesinos que bajaban al pueblo a vender sus mercancías , comprando barato por los astutos ardides que empleaba y vendiéndolas después mucho mas caras . Era el que preguntaba.
– Ese... pájaro, no se vende – contesto secamente mi padre con su manera pausada de hablar .
– Dime cuanto vale ¡ Yo lo quiero para mi ! – Dijo el hombre jactanciosamente alzando la voz.
Papa un poco molesto por la actitud soberbia de Raul y pensando que la broma que había fraguado para su compadre Toño podía extenderla un poco mas burlándose de aquel Petulante dijo.
– Ese pájaro es de otros sitios , vale un poco mas que los Chocoyitos.
Raul Miranda pago el doble de lo que comúnmente mi padre vendía los pequeños y domesticables loritos . Aquella semana no le dijo nada a su compadre, esperando para, en la próxima venta, decirle lo de la broma y de paso devolverle el dinero que pago el engreído de Raul, delante de sus amigos. Mi padre era incapaz de engañar a nadie, incluso a Raul Miranda .

Quince días después,volvió mi padre al parque con su carga de jaulas y pájaros para la venta. Su compadre Toño le recibió, como siempre, para ayudarle a acomodar la mercancía .
– ¿ Sabe usted compadre – dijo Toño con tono afligido.
– ¿ Que cosa compadre ?
– No debiste vos de venderle el pájaro extraño al tal Raul – Le decía sin mirarle a la cara.
– ¿ Porque compadre?
– Pues, se puso a palabrear que juste es un tonto y que le había casi regalado un pájaro de otros países y que lo había engañado diciéndole que lo quería para llevarlo a su casa.
– ¿ Eso dijo..? – Pregunto socarronamente mi padre . Toño meneo lentamente su cana cabeza en señal de aprobación y continuo .
– Con tal mala suerte que cuando fue a enseñarle el pájaro a un turista se le escapo de las manos y se poso en aquel Almendro – decía mientras señalaba al inmenso árbol que estaba en el medio del parque – El alboroto que formo fue grande todos trataron de atrapar al animal pero al final voló perdiéndose allá, detrás del arbolado del fondo de la iglesia.
– ¿ Sabe usted compadre..? – dijo mi padre cruzandole el brazo por los hombros a Toño.
– ¿ Que cosa compadre?
– Nada... que me ha sobrado un dinerito y lo voy a invitar a usted a tomarnos unas cervecitas bien frías.













Texto agregado el 25-02-2013, y leído por 312 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
27-02-2013 buen cuento y muy descriptivo tambien, me recordo cuadno iba al pueblo de mis padres, suerte que salio volando el pajaro pintado. carlosB
25-02-2013 Costumbrismo y escenas de la vida cotidiana de un pueblo se dan la mano en este cuento muy bien hilvanado. Muy bueno. Gracias por regalarnoslo. elpinero
 
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