Óigame pues oh vida que le estoy hablando a usted. Vengo a confirmar lo que de su persona dicen aquellos que la viven. Ellos no más que abren la boca para hablar de usted, que tan alegre, divertida, arriesgada, que tan fugaz, inteligente y en términos más educados, disque sabia.
Le cuento, por si no lo sabe, que algunos no la quieren por dura, injusta y sufrida. Arguyen que de linda usted no tiene nada, que cual cuerpo, cual piel, cual monte, cielo o árbol. Que se deje de inventos, de lunas y estrellas. Que de estrellas nos tiene es estrellados, a oscuras, a tientas.

Que nadie sabe usted de dónde vino, ni pa´ dónde va - y menos mal que nadie sabe, porque si no, se imagina usted-
Yo solo la busco y agradezco hoy encontrarla, para decirle que se ponga pilas y viva más, porque aunque en un ataúd va a terminar, alguna cosa productiva tiene que hacer y dejar en este lugar.... De vez en cuando convérsese con la muerte y acéptela como normal, y aclaro: esto es un consejo no más