El placer más puro conviene a la inocencia mas cargada de sonrisas que hipnotizan Malditas las horas de locura y esperanza pues quien cuando quiso, obtuvo no negó su naturaleza La conoce y su carne comió a su carne bebió de su propia sangre nació perverso No amó. Jamas.
Texto agregado el 23-02-2013, y leído por 104 visitantes. (2 votos)