Invulnerable
al grito de mi espalda
el filo del cuchillo
para el cordero fiel.
Sangra
la mansedumbre impenetrable
a orillas de este mundo
clausurado y sin red.
Ladrones
que despliegan su ternura
hurgando
en la vergüenza del ayer.
Cautiva
va la noche envenenada
ajena a ti y descalza
inmigrante
en las sombras y en mi piel.
Dificultosamente
albergo escamas
debajo de mi lengua
lápidas de placer.
Hay pantanos
de tinta susurrando
anagramas flotando
en un espejo infiel.
Invulnerable
al grito de mi espalda
la niebla
se hizo roja
y el olvido se fue…
Texto agregado el 22-02-2013, y leído por 187
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