Las horas infinitas El día nunca llega, El mundo se detiene, No hay vida en la tierra El segundero se detuvo Entre zumbidos de zancudos, Salto por la borda Sin sentido alguno. ¡DEAMBULO! Mis pupilas rebotan Entre las paredes Que me albergan, Con una falsa esperanza De que el sol No se aparezca. ¡AMANECIÓ! La bola de fuego Desde el horizonte Apareció. Mis ojos Arden con los rayos De este infierno iluminado. El tinitus en los oídos, Un sufrimiento en los suspiros, El futuro me depara Un día eterno Sin sentido Las horas infinitas La noche nunca llega…
Texto agregado el 21-02-2013, y leído por 165 visitantes. (2 votos)