Pienso en placeres encubiertos
esos que no te atreves a sincerar.
Es hora ya de enfrentarlos
y permitirles su justo lugar.
Ya la espera ha sido harto suficiente
por obra y gracia de usos y costumbres.
Se impone desplegar la rebeldía
después de demasiada mansedumbre.
Suenen dianas entonces y desde ahora
serán placenteros los encubiertos.
Texto agregado el 20-02-2013, y leído por 234
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