Le he cedido mi voz al viento. Y mi oído
a la tierra.
Todo lo que de mí resuena
es apenas el murmullo
de la vida arrullándose a sí misma.
He cambiado tantas veces de palabras
-en vano-. El mismo vuelo
-siempre-
por la misma ruta me ha dejado
descubriendo lo que ya tantas veces
había descubierto.
Tanto polvo en el camino
por un carruaje que ha de ser
abandonado.
Por eso ahora
cambio
no de verbos
sino de plumas.
Y como un ave
me zambullo.
-Apenas un instante-.
Y salgo
del arroyo
como nuevo.
[El viento asciende en espirales
y al dejar de lado todo aquello
que no soy
me elevo].
Texto agregado el 20-02-2013, y leído por 111
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
02-03-2013
El cambio es irremediable: una fatalidad. A veces nos obstinamos en detenerlo, pero es imposible...El no cambio sería la excepción felipeargenti
20-02-2013
Hermoso, mira que yo no soy un hombre al que le agraden las poesías, pero está me fascinó.
Quizás te gusta echarle una ojeada a mi blog, tiene algunos escritos parecidos a los tuyos, un saludo.
http://cabezaperdidaenunmar.blogspot.com.ar/ CabezaPerdida
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