Crudo y sin estrellas
La vio pasar por la calle con su sucia piel, su asquerosa ropa y su mirada fría, quedo tan maravillado de su imperfecta postura que la invitó a salir, ella escupió a sus pies… y desde entonces pasean juntos por la noche. Ella no habla, ni se emociona. Sus pasos dan a entender que en cualquier momento va a saltar por un puente. El solo la admira, es tan desagradablemente bella que hipnotiza. Cada segundo a su lado vale por una eternidad, pues nunca encontrará un mejor espécimen. Ella simplemente se deja llevar por el primer hombre que no ha rechazado la sangre de sus venas, el primer hombre que siempre sabe dónde encontrarla a pesar que ella nunca sabe dónde va a estar. Una noche se adentraron tan profundo en la oscuridad que pensaron que nunca iban a salir, una noche sin estrellas ni sonidos, la soledad estaba completa para dos caminantes. Entonces, solo entonces, ella pronuncio su primera simple y estremecedora frase, “esta noches es perfecta para morir”, el no se sorprendió, desde que la vio supo que iba a morir a su lado, no cogidos de la mano, pues no son amantes ni desean serlo, simplemente supo que la muerte le sabría mejor al lado de una muerta en vida. De este modo siguieron caminando hasta que la oscuridad los absorbió por completo. |