Desperté con el corazon acelerado, la piel enrojecida y el estomago volteado, una sensación de ahogo permanentemente me hacia sentir aplastada, el aire era sofocante y unos tres grados más de lo que podia tolerar y no podia filtrar mas oxigeno a mi cerebro por lo que me comence a marear. En un gran esfuerzo me sente y apoye mi espalda contra el respaldo de la cama hasta ese momento no me di cuenta que lloraba, sentada como estaba comence a flexionar los dedos de mis manos varias veces antes de recuperar la sensibilidad, parecian ajenas como si parte de ellas se hubieran quedado en la pesadilla, no queria soñar mas pero seguian viniendo cada noche y comenzaba a sentirme cada vez mas agotada. Tenia miedo de dormir, miedo de recordar.

Mire las luces que se filtraban tenues por el bajo de la puerta y supe que era media mañana. Hice un chequeo de mis otras partes del cuerpo, los brazos las piernas, movi los dedos de los pies en un juego y me abrace el abultado vientre, seguia igual de lleno que la noche anterior, la vida que albergaba se movio inquieta, a lo mejor tambien los sueños malos le afectaban, ya no lo sabia estabamos conectadas pero yo cada vez me diluia más en esa vida que gravitaba en mi interior.

Puse los pies en el suelo de madera, y el dolor me azoto inclemente en el bajo vientre, con los ojos cerrados por el esfuerzo de controlar los quejidos los nudillos blancos tratando de mantenerme erguida, senti como se aflojaba mi vejiga, -MIERDA!!- pensé y supe que tendria que cambiar la ropa de cama otra vez, se estaba trasformando en rutina pero era demasiado vergonzoso comprar pañales asi que preferia compras sabanas y lavar una y otra vez la colcha.

Cuando pude recuperar el aliento fui tambaleante al baño para terminar de vaciarme, a pesar de que tomaba el agua justa y me levantaba cada 3 horas los meados seguian saliendo sin control en ese momento de la mañana, una vez en el baño realice la rutina comprobatoria, toque mis pies sentada en el retrete, aún me parecia extraño conservarlos hacia varias semanas que no podia verlos, me roce los pezones oscuros y sensibles, era una sensacion sexual, que me hacia sonrojarme incluso en el baño... sola, estaban ambos en su lugar. Finalice sobandome los brazo y me meti en la ducha.

Deje que el agua disfrazara todos mis pensamientos, que maquillara mis emociones y me dejará lista para un nuevo dia, trate de evadir las sensaciones de temor que me despertaron pero seguian latentes, eran como pequeños acechantes con punzones que me atacaban la boca del estomago, senti un regusto amargo en la gargante y tragué agua de la ducha para evitar el inminente vomito termine el baño y me afirme del lavamanos y la puerta para sacar mi cuerpo del receptaculo, cada dia me costaba más, varias laceraciones en mi espalda me hicieron arrugar la frente y los ojos se me llenaron de lagrimas por el esfuerzo - Maldición, ¿Por que me cuesta tanto? - Me di espacio para unas lagrimas más antes de volver a la función.