El laberinto

Estoy en el laberinto. El laberinto es, todos lo sabemos, un mito. Estoy entonces dentro de un mito. También es una metáfora, un espacio simbólico. Vivo pues dentro de esa metáfora y descubro la realidad a través de este espacio simbólico que me oprime. El laberinto no es una cárcel con las puertas y las ventanas clausuradas. Es peor que una cárcel. Tampoco es, exactamente, la privación de la libertad. El laberinto es la imposibilidad de encontrar salida. Es el espacio paradójico por excelencia que me conduce a la desesperación. Sé que está abierto, sé que tiene una entrada y que por ella podría volver a salir, pero todo intento por encontrarla es vano. Esa posibilidad de salir y no poder hacerlo, me consume mortalmente. Toda mi vida en el laberinto se reduce a eso, a buscar obsesivamente la imposible salida… Pero hoy, hoy he soñado con el hilo de Ariadna.

Juan Yanes