“Aunque han pasado los años,
nunca ha pasado aquel día”
-Oscar Chávez (La Ixhuateca)


La memoria es un laberinto que construye el tiempo.

Como un túnel oscuro y profundo,
en el que habitan recuerdos lejanos
y los ecos de voces del pasado .

A veces es un espacio luminoso y abierto,
en el que fugaces destellos de nostalgias
nublan la vista cuando explotan
como soles en el cielo

Cada vez encontré tus ojos, tus manos y tu boca:
pedazos rotos de tu cuerpo.
En todas las cosas que sucedieron después te buscaba.
Mi cárcel era la de los recuerdos que tenía de ti,
de las cosas que nunca fueron.

Ya no te busco, es cierto,
sino que a veces,
al doblar la esquina, te encuentro,
en la fotografía de la tarde
que hacen los chiquillos y los perros
mientras juegan en las calles del pueblo.

Y regresas, como el susurro del viento,
en la tristeza estelar del cielo oscuro,
en la nube, y el cerro que baña el sol
y en todas esas cosas que se parecían a ti
cuando te pensaba.