Nació en esta ciudad de Lima el 22 de noviembre de 1873, descendía de distinguidas familias, siendo su padre don Ignacio de Mariátegui y Boza, marques de Boza, su madre fue doña Juana de Telleria y Telleria.
Los movimientos que habían convulsionado a Europa a principios del siglo XIX, partiendo de la revolución en España, la invasión Francesa y el destierro de los Reyes, sirvieron de oportuna advertencia a la América toda del primer derrotero para la dura jornada de su liberación, varios hombres ilustrados y resueltos, dejando apartadas las conveniencias sociales y muchos de ellos las tradiciones familiares, se dedicaron a trabajar eficazmente en tan noble intento, sin reserva de sacrificios por peligrosos y arriesgados que estos fueran; entre estos notables y decididos patriotas figuro siempre el doctor Mariátegui, el acierto, el denuedo y la abnegación eran cualidades que adornaban su persona, anduvo muchas veces perseguido y oculto, varias veces tuvo que valerse de las influencias de su familia para conseguir su libertad, para poder continuar su dedicada y heroica labor, nunca claudico.
Con su esfuerzo y constancia logro granjearse las simpatías del general San Martin, a Mariátegui el pueblo lo estimaba y admiraba, ejerció la abogacía siendo un notable jurisconsulto, probo magistrado y amante del orden legal, fue representante y ministro cargos en cuyo ejercicio defendió los mas altos intereses patrios, atravesó por la época de los torbellinos de odios y rencores que asolaron al Perú después de proclamada la republica, con la mayor honradez y hombría de bien, fue uno de los incansables patriotas a quienes debe el Perú su independencia.
Don francisco Javier Mariátegui también fue un periodista de combate, la turbulencia de su vida lo arrastro a la prensa, colaboro con todos los periódicos de lucha, fundo y redacto “la abeja republicana” fue también fundador en unión de Benito Lazo, de Francisco de Paula G. Vigil, de José Gálvez, de José G. Paz Soldán de “el constitucionalista” en 1858 publico una importante obra titulada “historia de los concordatos” en 1872 publico “el manual del regalista” poco después escribió su mejor obra “anotaciones a la historia del Perú independiente” en esta ciudad de los reyes falleció el 23 de diciembre de 1884, el arzobispo de Lima monseñor Bandini le negó sepultura cristiana por sus ideas liberales, también por haber sido uno de los miembros prominentes de la masonería.
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