Está bien para mí,
que tú estés lejos, lejos de aquí.
Está bien para mí perder mis días en sorbos de café,
escuchar música sin nadie más, en plena soledad.

Está bien que tú hagas tu vida y yo la mía;
que sigas tus sueños y yo te sueñe.
Es preciso el sentimiento de querer olvidarte,
Aunque me es más que imposible hacerlo.

Cuesta un poco hacer rimar las palabras,
trato de pensar y sólo pienso en tu fantasma.
Aún puedo respirarte, y volar con eso,
estás impregnada en las puertas de mis besos.

Está bien estar sentado pensando,
está mal pensar en lo que quedó de ti en mí.
Y aún peor, emborracharse para tratar
de extirpar mariposas que están acá y no se moverán.

Esas mariposas que creí fugaces en mí interior,
no logran arrancarse ni con el más fuerte licor.
No sirve como insecticida ni nunca servirá,
sino para intentar llenar un vacío que no se irá jamás.