No sé por donde empezar, tal vez por la parte en donde se me rompe el corazón o es en la parte en que me vuelas la cabeza, con mis crecientes ganas de besarte y deshacerme entre tus brazos para morir hasta la maldita eternidad, pero ¿qué es eternidad sin tú cariño, tus carisias, tus besos?
Debo de ser franco contigo, yo que creía ser un don Juan de Marco por la vida, lograste que viera la verdad, por así llamarlo de alguna manera. Te preguntaras cuál será esta verdad, bueno, la verdad es que tú eres esa reencarnación de ese Don Juan de Marco de la cual la mía no le llega ni a los talones. No es por alagarte, pero es la verdad, ya que no fui capas de mantener vivo el amor que en algún momento sentías por mí.
Estoy solo, y me siento solo por dentro, al hecho de estar abriéndole mi corazón a una misiva tan peculiar. Una canción dice “....corta por lo sano, que si no es sano esta afuera...” en este caso creo es totalmente aplicable. Siento que me pierdo en la oscuridad de mi cabeza, que no deja que razone mi pequeño corazón de piedra.
Me siento podrido por dentro, esa putrefacción me envuelve y aprisiona, no puedo respirar asfixiado con los recuerdos de tu cuerpo en mi cama de tu boca en mi piel, penetrado por mis poros como agujas oxidadas por el descuido inoportuno, que no deja respirar libremente, ni tan solo por un minuto, tan solo un mísero minuto.
Que es lo que te cuesta maldición que es, sea el precio que sea, lo estoy dispuesto a pagar no me importa el que sea solo dilo, o acaso vas a confirmar mi sentimiento de que nunca me ayudaste por más que te lo pedí por Dios, si, por ese Dios del pobre que le llaman, le solicite, por ultima vez, le prometí nunca más pedirle algo, a pesa de que nunca me dio ni una migaja de pan, le pedí solo un minuto para poder expresar todo lo que siento por ella.
Por fin sé de donde vienen mis alucinaciones, ya lo sé, son de mi corazón, el cual a entregado un cheque que no puede pagar ya que, por un descuido, me quede sin fondos para compensar todo lo que me diste. Estoy muerto por dentro, y muy solo por fuera, hasta alcanzar a mi alma que anda de vagabunda por algún sitio buscando el amor olvidado por alguno de nosotros, creo que lo deje en el otro corazón, en el que palpita y tiene pulso para vivir.
Quien diría que las personas al cumplir su ciclo en la tierra no mueren físicamente, si no que se destroza por dentro para armarse en un ser más despiadado y destrozar lo que no pudieron obtener en su vida pasa.
Tu crees que en algún minuto de nuestras vidas fuimos honestos con nosotros mismos, es decir, no nos mentimos de cierta manera pensando o diciendo o mejor dicho fingiendo que nos volveríamos a juntar pero esta vez para siempre, o solo diciendo que nos volveríamos a ver como lo hicimos la primera vez.
Solo quiero acurrucarme y decir que estoy feliz por solo hecho de que me sonreíste y me miraste, como lo hiciste antes de que emprendiéramos ese viaje del cual no sabríamos que las consecuencias serían tan inmensas como las de que un hombre volara desde un edificio y se estrellara contra el piso desplomándose luego de su alma su cuerpo inservible. Siento que ya no te puedo extrañar más de lo que ya lo hago. Pero más extraño tus enormes ojos y la manera con que me miraban.
Después de abrir de tal manera lo que queda de mi vida hecha carne me despido, no hay nada como sentir en viento soplar en mi cara como el que siente el águila cuando ataca en picada, este será mi ultimo sentimiento ir en picada directo al suelo.
Te veo del otro lado. |