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		VENTUROSA INOCENCIA 
 
Me envuelve el sensual campanilleo  
de tu rubor enamorado. 
Pestañas bajas, enjambre de sueños. 
Y una lágrima 
que asoma, 
renuente al esplendente abismo 
de tu blusa palpitante. 
 
Retuerces ansiosa el pañuelo. 
Carmín y romance,  
vértigo ansioso. 
Y los pliegues de tu falda, 
avance provocativo 
de tus muslos  
a mis manos… advierten. 
 
De pronto un silencio incómodo, 
 trivial y súbito. 
Fogonazo adolescente. 
Banderillas de papel 
sin mérito ni virtud. 
Arcano íntimo e inofensivo.  
que percibe una amenaza 
y el coste de la profanación. 
“El furor de la noche 
es el rencor del alba” 
-  susurra - “y la acritud  
del vinagre 
 la puesta de sol indeseada”. 
 
Palomín azul,  
jazmín en la turbulencia:  
Dime si mi conciencia 
 es vergüenza…  
O la mueca de un blasfemo 
de dudosa estirpe. 
  
Hazme compartir contigo 
El entrañable crepitar de los leños. 
La sutil melancolía 
de las amapolas escondidas 
en la noche insonora. 
El roce de tus puntillas 
sobre mi espalda cansada… 
Y que tu felicidad despeje 
la vaga ociosidad, 
 de los suspiros desconsolados 
que obstruyen la razón. 
 
 
Tus ojos… 
Hembra redentora.  
Miel morena. 
Tus pestañas bajas… 
obrarán el milagro inusitado  
de devolverme aquél que fui. 
Esencia intangible 
que por vital resistirá 
mi entierro en el olvido 
 
Tú te sueñas y persigues 
los hilillos de tu falda, 
fabulando con tus dedos 
un cerco de estrellas verdes 
que deambulan por mi mente 
explorando entre los restos 
un atisbo de esperanza 
 
Ven…  
Dibujemos en la arena fría 
un delirio mesurado.  
Que la eternidad nos trague, 
 Y el sin fin del  monólogo, 
 cese. 
Que definitivamente 
 la razón de nuestras vidas, 
aflore, 
 chisporroteante de aliento. 
 
.Tus ojos,  
tus pestañas bajas…  
convocan el gozo silente 
desgajado de la duda. 
Flor de espuma entre los riscos. 
El blanco estreno del alba 
santiguará tus promesas. 
 
Un oleaje zigzagueante 
 moja las perlas negras  
que dormitan en tu pecho, 
 desnudo y fértil. 
 Ave María de paz,  
Irreverente indulgencia 
 apogeo  
de dicha intemporal. 
 
Gira la rueda, muchacha. 
Gírala en sentido inverso,  
que la destreza no es arte 
ni mis penas tu desdicha. 
 
 
 
 LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI 
Febrero de 2013 
 
 
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Texto agregado el 10-02-2013, y leído por 108 
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