Mi querido yerno II
Literalmente II, mi anterior yerno, Armando “pobrecillo” duró, lo que tenía que durar, un suspiro, o aspiración, ya os había contado de su afición….pues parece ser que se dedicaba profesionalmente a una sustancia blanca, que mi inocente hija financiaba “inconscientemente”, (bueno si he de ser justa mientras duró su unión, incrementó su capital considerablemente) hasta que… él se vio obligado a tomarse unas vacaciones forzosas, 4 años y 1 día, la niña de la noche a la mañana se encontró divorciada del pobre Armando, que ya olía a “cadáver” desde el mismo momento que le eche la vista encima, y las madres en estas cosas pocas veces nos equivocamos.
Después de un tiempo de calma e incertidumbre, la niña que a la sazón ya tenía treinta añitos, volvió a las andadas, es decir conoció a un señor, esta vez sí, era un señor, Gerardo huerfanito, heredero de una cuantiosa fortuna, hijo único, cuarenta y …, calvo, barrigudo, bajito, dos ojazos saltones, ¡un tipazo! bien conservado a base de pasta, que al parecer le sobra, casaza, cochazo, un hombre de negocios (buenísimos) y muy bien relacionado a todos los niveles, con deciros que conoce personalmente a las “primeras espadas del gobierno” ( dan unos mandobles que dejan temblando al personal de a píe), de lo cual doy fe, tiene en su “casaza” (a la que fui invitada en varias ocasiones fotos que lo certifican).
Si os digo que estoy encantada, os mentiría, mucho más que eso, se parece tanto a lo que yo había soñado… la niña parece tan feliz, él… tan enamorado, entregado en cuerpo y alma, una cuenta corriente inagotable, que más se puede pedir?, este sí, cuenta con toda mi aprobación.
Lo que yo no sabía es que emparentar con la “Jet set” fuese tan caro, desde el minuto y hora en que se conocieron no hice otra cosa que soltar…, que si renovación de guardarropía (hay que estar a la altura de las nuevas relaciones), pertenecer al club tal o al club cual (soltar y soltar).
Y yo….sigo encantada pero arruinada, y mira que se lo digo- Nena, hay que poner toda la carne, donde hay que ponerla-pero nada… ¡esta juventud esta alelada!, en mis tiempos, las cosas se hacían de otra manera, con otra seriedad… por la vía rápida, como la niña no “trinque” pronto, no sé, no sé, como van a terminar mis finanzas, seguramente finalizando (pero quién dijo miedo, teniendo a Gerardo?).
Continuará.
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