En agrietadas galerías de memoria la esperanza sigue intacta huesped de mis labios mi sonrisa la llama a veces pasajera de otros tiempos mendiga su libertad su alegría transparente donde iluminar otros caminos en esos momentos le digo ¡No me dejes! Ráfaga de sol en mis mañanas vocablo inagotable en mis poemas luz y sombra de mi permanencia. ¡No me dejes! Yo se de ti porque crecí a tu amparo porque lavé tus heridas y transporte tu peso porque mis pasos marcaron tu sendero porque nacemos del mismo tronco. ¡No me dejes! Adherido al temor de no tenerte inclúyeme en tu cielo permanente reverdece cada día entre mis manos para seguir viviendo.
Texto agregado el 08-02-2013, y leído por 134 visitantes. (4 votos)