Tu piel tiene el aroma de la hierba fresca, humedecida por el rocío de la madrugada, y acariciada por la calidez de un sol otoñal. Por favor, déjame pastar en ella! No me niegues el placer de tan exquisito sabor! Comparte conmigo tu verde resplandor!
Texto agregado el 06-02-2013, y leído por 203 visitantes. (6 votos)