Hoy desperté y observe las nevadas montañas, las que se ven a lo lejos del reino… La melodía de la lluvia me levanta, el coro afuera de mi habitación comienza a cantar al compás de los violines, bailo un vals acompañada de mi mayordomo, hoy es el día, mejor dicho mi día…
Tomo un baño y la lluvia se detiene y a mediodía sale el Sol, tome mi hermoso vestido y lo contemple por unos momentos.
Comienzo a arreglarme, peino mis largos y rizados cabellos negros, adorno con hermosas Amaryllis blancas mi cabello, me colocó mis anillos y pendientes de diamante, mis tacones de charol, me dirijo a la terraza y te veo mientras imaginas, tú la niña que escribe mi hermoso cuento de hadas, me concedes vivir mi propia historia, pero cuando me doy cuenta mi historia da un giro y en vez de encontrarme con mi príncipe azul, me llevas a dar paseos sobre un blanco unicornio, a deleitar el hermoso canto de las sirenas, a caminar junto a ninfas y narrar mil historias a los duendes y animales, atentos a mis relatos.
Tú niña vas creando historia tras historia en un mismo cuento, disfruto cada cosa que creas para mí, me das hermosas vivencias y gratas experiencias, descubro la magia, veo y vivo cosas que jamás ocurrirían en tu mundo… Y cuando la página está por terminar mi cuento también, gracias por este magnífico cuento….
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