Silencio en el primer turno de la madrugada.
Magdalena, está sentada en la sala de guardia blanqueando sus alpargatas blancas. Acostumbrada a la quietud del pasillo, se puso a pensar en los comentarios del Dr. Acuña de lo que pasa después de la medianoche en ese pasillo en particular.
Magdalena cuando lo escuchó hizo caso omiso a sus advertencias: de no salir más allá del umbral de la sala, al menos que este acompañada por algún enfermero de turno.
A la una de la madrugada ficha León, un recién egresado. Le habían designado ese turno por un error de planilla. Al verla tan compenetrada en lo que estaba haciendo...