Por qué a las hormigas les gusta el Listerine verde?
Era sofocante ese verano que ahora le llaman el fenómeno del Niño, que no es otra cosa sino un eufemismo de un sustantivo sutil, para lo que cuesta hoy la denominada civilización moderna. Como uno de esos tantos, solo quería tomar una ducha refrescante igual que cualquiera, y observo el camino rojizo carmesí de los sigilosos formícidos – Joey aprende a escribir una carta, ese capítulo de Friends me trae a la mente este instante –. Recordé una de tantas veces en que a mordiscos pequeños y atacando cuales pirañas, querían ellas vengar la muerte de muchas de las suyas – Los fumigadores en su mundo deben ser como el peor de todos los males, pero entre nosotros son solo otros que hacen un negocio para la convivencia de nuestra especie.
El temor de pensar que en ocasiones sea un engaño de la mente esas picaduras de mandíbulas punzantes mordiendo la piel, me genera dudas sobre la diferencia entre el mundo de cada uno y la construcción colectiva de este universo – Según la ciencia existen universos paralelos?; – Creo en teorías que van más allá de la menta humana. Y allí estaban otra vez, como en anteriores oportunidades rodeando la tapa del enjuague verde.
Es una decisión difícil si uno tiene en cuenta que la vida de algo más pequeño que uno también es biológicamente vida. – Si los papeles se invirtieran como en tierra de gigantes, tal vez ellas no tendrían piedad o serían más que instintivas, como creemos. – En ese instante decido y me pregunto ¿por qué les gusta tanto el Listerine verde?, pues así ganen ellas con mordiscos o terminen en el drenaje, nos vemos abocados a esta constante lucha. En definitiva no tengo la respuesta a dicha pregunta, ni la tendré por la ciencia que me dice que es por el azúcar, porque esto no es más que un pensamiento sobre lo que a veces sucede cuando me siento otra hormiga más deambulando alrededor de un destino que sigo, sin saber si sortearé sin que me aplaste alguien que se pregunte, por qué se persigue o merodea aquello que lo podría enojar.
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