Cada cosa en su lugar. Atrás quedo todo ese tiempo interpretado por la espera, sobre mi esta tu mismo cielo y en frente te tengo a ti. Estas aquí, tan aquí que no podrías estar más cerca y yo estoy perplejo, tengo dos manos deslumbradas por tocarte, una boca muda por besarte y mil palabras ancladas en el mi pecho. Respiro y estas en el aire, abro los ojos y te veo, debo haber llegado a mi destino. Pero aun no he de creerlo del todo, cuando estoy tan agitado por dentro, que me paraliza por fuera y solo puedo abrazarte. Cada palabra que se acerca al filo de mi boca se esfuma en su insignificancia… será de estar ante algo indescriptible. Poco a poco el remolino va frenando y te empiezo a ver con claridad. Eres como siempre sorprendente-mente tú y ya puedo creérmelo. Cierro los ojos porque puedo olerte y porque estas en mis manos, pues no quiero perderte de vista nunca más. -En un mundo lejano te eche mucho de menos ¿sabes?- Pienso en mi interior.