Entre tiestos y estropajos;
eternidades de siestas,
alargadas,
se me dio por entonar
un villancico de Oporto
y decidirme por fin.
Me dije.
Convocaré a Maniqueo
el siniestro embaucador
y sus principios del bien
y del mal.
El puzzle de la ratita precoz
cuya tapa se ha extraviado
será un auxilio eficaz.
Observando marcha atrás
un vaso roto en pedazos,
luego que cada fragmento
fuese volviendo a su sitio
con una coherencia perfecta
Comprendí a la ciega aquélla.
¿Notificaciones espurias?
¿Sobresaltos silenciosos?
No sé. O quizá sí.
Fue, creo recordar…Ah sí:
Cuando sonaron a muerte,
tambores de utilería.
Hubo quienes, recelosos
atrasaron el reloj.
Artistas, posturitas y poses,
disfrazados de humanidad.
¿ Que hubo del “arrorró”?
¿Las canzonettas
aquéllas?
que trajo en el “Conte Rosso”
el pollerón de mi “vieja”.
Negro.
¿Y la navaja del Nono?
El creer desmadejado.
Desmelenado.
El frío,
o el siseo del vapor
golpeando en su cara gris.
Otra “vieja” o “viejecita”,
se “faja”con pasta base
polenta.
La sacrosanta…
al pibe da de mamar
prendida a la damajuana.
Un tatuaje entre las tetas
es su mensaje de paz.
¿En las entrepiernas?…
Un prodigio:
Dos cadenas y un candado.
Para que no se la saquen
…a la damajuana, digo.
Pelame
y que quede como un huevo.
Con la “cero”.
Farfullo en tono violento.
Soy valiente, peso pluma.
Un “pesado”, como dicen.
Escupo entre los colmillos
comilonas de tartajos.
Hazañas edulcoradas.
Manejo un “bufoso” flor
para quitarle al “gil”
lo poquito que le queda.
Lo golpeo.
Me charrasqueo las muescas
en los bíceps de ortopedia.
Muralla de escalla roja.
Podredumbre quinielera
que por no ser ni la nada…
se planta con buenas cartas
y se taja en la fiambrera.
No pensarás que soy una…
regalada ¿no?
…Pero cómo se te puede ocurrir
tal cosa, mi pimpollejo…
… ¿Te gustó?
Claro, sos la mujer de mi vida,
Y yo… ¿te curto?
Porsu, mi “trespatas”
divino…
Un matarife excesivo
se presenta:
Soy portador del amor
sin ese olor a lavanda
barata.
Un amor que no se dice,
ni se escucha.
Se disfruta,
se padece.
Sin las fotos
culolibre.
Como se añora
a lo lejos
aquella carpa de circo,
de leones jubilados.
O la calesita “tranque”,
caballuna y milonguera.
Disperso entre “shomería”,
Cocido como una pizza,
un gallardo encajonado
se niega a morir llorando.
“No soy carne para perros”.
¡¡¡Pumm¡¡¡ En la sien.
Siempre es así.
Chinchilla de madriguera.
Claro…
Amasado entre jodidos,
le echaron salsa de odio.
Lo degradó la furia.
Seiscientas cruces,
grabaron
en sus nalgas y en el alma.
Y también un farolito,
le colgaron.
Para que… ¡Maldito¡, veas,
por las noches,
lo que mueres de mañana.
Pero fíjate tú qué cosa:
Un niño de menos diez
Me pidió unos cigarrillos.
“Mire que no es para mí” ¿eh?
¿Y entonces?
Es para el que vende los lentes.
Ahí… ¿Lo ve?
Un palurdo,
con la zurda arremangada
y juanetes
de tres quilos,
“merca” entre los terrones.
Vocifera :“ A los leeentesss,
a los lindos leeeentesss,
para que vean los ciegosssss”…
Arrastrando las palabras.
¿Sabe qué?
El “coso” no ha vendido nada
en la última semana.
Es tuerto y lo conocen por
“El rey”.
Está solo.
Tiene ese único vicio… ¿vio?
“Chabón” el tipo.
LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI
Enero de 2013
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