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Se va sereno el atardecer
y el firmamento sonrojado,
¡Magnificencia! Cual va 
acompañada de una infinita soledad.
En las ruinas de una ciudad 
se escucha el grito del viento
y la caricia del sol sobre una piel
desgastada.

La noche ha llegado bajo sollozos del viento
retumbando el corazón con cada silbido 
estrepitoso; seducido
por la muerte. Con temor me levanté
entre gemidos extasiados,
de vergüenza y alegría,

una sombra muda trepa mi pared 
abriendo incisivamente mi memoria aturdida
por tal presencia, haciendo imaginar
a los seres mas grotescos 
de lo que ve mi realidad.

! El alba llegó¡
alma mía desnuda y abatida 
espíritus devastadores se van
con un último suspiro del viento
y una lágrima vacía cayendo.