Un vacío acaricia
mi alma
la dulce soledad me acompaña
como cada mañana
en mi recorrido
fiel a mi sombra...
sin preguntas

Recuerdo sus abrazos
cálidos como el sol de verano
llenos de cariño y amor.

Que tiempos aquellos
en que la felicidad
me llenaba la vida
en los que no
faltaba un Te quiero
sin embargo ya solo
escucho el eco de sus palabras...
recuerdo el olor de su ropa
y el sabor de sus besos.

Y sigo caminando
sin rumbo por el
firmamento:
buscándote.

Anhelando verte...
platicar contigo
y decirte que te extraño
que la desdicha
me consume en vida
que mis ojos no dejan de llorar.

Tengo los labios partidos
por el frío,
las botas gastadas de tanto caminar,
el corazón destrozado
y mi alma muere cada día más.

Y sigo aquí
buscando la respuesta
buscando un consuelo
que tranquilice mi alma
que me devuelva la paz
que me de la fuerza para seguir y
poder continuar.

Quiero dejar de sufrir
dejar de llorar.

A veces en las noches
quisiera que me encontrara
la muerte y con su
gélido abrazo...
terminara con mi desdicha
y me hundiera en un profundo sueño.

Por que hoy me siento tan cansada,
siento que ya no puedo más.

Respiro con dificultad
siento que falta poco...

Este invierno es muy frío
y yo solo llevo puesto
un viejo vestido azul
un suéter gris y una bufanda roja
la que me regalaste
hace tanto.

La cuido tanto y a veces
cuando el frío me cala hasta los huesos
por las noches,
la sostengo entre mis manos
con fuerza, levanto mi rostro
mirando al cielo
y pronuncio Te Amo...
al viento esperando
que entre tus sueños los logres oir.