LA BIBLIA SEGUN DIOS (Primera entrega)
Desde el infinito hacia lo eterno, creador, del agua y de la tierra, del mundo y el cosmos, del hombre y todo ser vivo desde las tinieblas de la nada, huérfano de padre y madre, puro espíritu, sin origen ni semejantes, me movía sobre la faz de las aguas. Sin experiencia ni conocimientos, cree el cielo y la tierra. Sin objetivos ni planes hice la luz, vi que era buena y separé la luz de las tinieblas. Fue el día primero. Separé las aguas de las aguas. Las aguas de arriba fueron cielo, las de abajo fueron mares y lo seco tierra. Eso fue el segundo día y quedó bastante bueno.
Ordené que la tierra diera hierba verde que se reprodujera por semilla y árbol de fruto que dé fruto según su genero. Me gustó. Fue la tarde y la mañana del día tercero.
Para no tener que andar apagando y prendiendo la luz puse lumbreras en el cielo que sirvieran de señales para las estaciones, días y años. Hice dos grandes lumbreras, la mayor para que señorease el día, la menor para la noche y para separar la luz de las tinieblas. Muy buena idea. Fue la tarde y la mañana del día cuarto.
El día quinto, por decreto llené las aguas de peces, el cielo de aves y les dije creced y multiplicaos. Y viendo que era bueno, el día sexto me dedique a poblar la tierra con todas las especies de animales que se me fueron ocurriendo, ganado, bestias, serpientes, según su genero para que se reprodujeran y multiplicasen y como señor y amo de todos ellos hice al hombre y luego a la mujer, no como dice la biblia de una costilla, sino con el barro que me sobraba, que como era bastante y tenía más práctica en el modelado, le pusé un par de tetas y nalgas protuberantes. Entusiasmado con ellas, no me alcanzó para el pitulín y opté por hacerle un orificio, que nunca hubiera pensado la importancia que tendría... Tampoco lo hice a mi imagen y semejanza, que no la tengo, fue como me hubiera gustado verme corporizado. Y les dije, todo lo hecho esta para sus provechos y servicios, serán sus alimentos, abrigo, transporte y todo lo que se les cante. Y vi, o me pareció, que la mina estaba muy buena. y como no se me ocurría nada más, cansado de tanto trabajo al que no estaba acostumbrado, porque nunca hice un carajo, terminé el sexto día palmado y me fui a dormir.
El día séptimo me levante temprano, lo dediqué a contemplar todo lo hecho y me dí por jubilado.
CONTINUARÁ |