Yo no sé de la dicotomia de tus piernas al moverse,
tu pelo ondulado al viento, y tus manos inquietas,
inercia o impulsos nerviosos al verte.

Yo no sé que hay en tus ojos de niña extraviada,
en el cielo de tu lengua y la fantasía de tu mente.

Te vi danzar y te vi reír,
tímida y juguetona, triste y feliz.

Es un anhelo, y puede mas que la cruda verdad,
es el encanto de tu hechizo y la frialdad que se va.

La noche cobija su caramelo, las caricias vienen y van,
besos de terciopelo y palomas de cristal.

En un manto de humedad, nube valiente,
dura la calle y de dulce sabor.

De vientre suave y tacto fiel,
gemidos que son goce y marcas en tu piel.

Hay en tu boca frenesí,
una frutilla de rojo carmesí,
de cuerpo agitado, y tu pasión para mí.