Hola princesa... No sé porqué te escribo... Ayer estuve pensando en tu cuerpo... Realmente hermosa, como una estatua de cera caliente... Tus ojos brillantes de niña... Tus odiados senos que yo adoraba y mordisqueaba, como un niño lactante... Tus piernas que besaba y lamía con mis ojos... Tu largo y recio cabello que eran como cientos de sierpes que anunciaban el misterio que escondías entre las piernas... Y esa entrega jamás vivida... ¿vous avez des problèmes lors de la lubrification ?...
Escenas que repetía, rumiaba como un cerdo en mi alma... Imágenes de tu rostro que veo por todos lados por las noches... Lágrimas secas que sin goce ni tristeza, brotan de mis ojos... Tonto soy... Soñador empedernido que sueña con los muertos, con pasados que jamás volverán... Sin embargo, mientras los saboreo, los siento tan hermosos, como quien besa las fotos de sus seres amados... Hay magia entre mi alma y aquellos recuerdos... Quizá se deba a mi larga soledad... Que no es un pesar, mas bien, una bendición... Pues, escribo y vivo... Y siento que de amor me seco... Un amor tonto como una catedral...
Así llegué a mi casa... Estaba mi perro, mis libros y tanta soledad... No escribí... Me puse a beber de aquel trago dulce de la nostalgia... Ay, princesa... Cuánto te extraño... Quisiera verte una vez mas, una sola vez mas... Al menos de lejos, sin que nadie me vea... Es que, no puedo olvidar... Miro y miro y miro tus fotos... Estoy loco, poseído por un amor de un solo lado, un amor que respirará mientras respire... |