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Inicio / Cuenteros Locales / Deilost / Divagando Vaguedades// En la Bruma.

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What might have been lost....

Don't bother me.



But we don't look back.

Cuz we don't need that.

And we're going too fast.

And we don't wanna

Don't wanna crash....




Supongo. Supongo que estoy muy mal. Supongo que estoy muy mal mentalmente.

Esto de suponer. De dejar espacio para el infinito. Tantas verdades. Tantas mentiras. Tantas posibles.

Posibles que no. No. No se cumplen. Por que el mundo esta limitada a una sola, constituida por muchas.

Y son tan pocas las veces que la mia, la nuestra, la vuestra es parte de aquellas constituyentes. Parece tan imposible.




Divago, divago por los pasillos de mi mente. Mente quieta, mente callada. Mente mentiras, mente canallas. Mente corazones. Mente esperanzas. Mente Mentiras. Creo que eso ya lo dije. Da igual, las mentiras dobles son las verdades mas crueles. Aquel que me espere en el umbral de una historia, que se quede esperando. Hoy no transpasare tal sagrado arco. Puesto que las historias requieren tiempo. Continuum de la existencia. Y yo solo tengo momentos. Instantes. Pequeñas rafagas de viento y una debil promesa augurada de un futuro brumoso. Brumas. Eso es lo que poseo. Y sobre ellas y con ellas es con lo que puedo escribir, hablar. Que mas se puede esperar de algo tan fugaz como eso si no la futil pregunta, la respuesta sin sonido, ni vista, ni tacto. Soo tengo momentos. Y en ellos plasmo mis instantes, hechos de momentos.



La capa, callada normalmente, callada susurró, tan solo un poco. Esa noche la capa estaba un poco rebelde, pero Deilost podia ser permisivo. Realmente no le importaba mucho. No hacia viento y la vista desde el sencillo tejado de madera y paja era aburrida. La ciudad en mitad de la noche dormitaba y Deilost dormitaba, mirandola.
Esta era la otra cara. El otro lado. La parte que casi siempre los escritores se callan. La nada. No habia un viento quedo ni tormentoso. Tampoco una luz lunar mistica ni una oscuridad atragantada. Ni siquiera el recuerdo patricida del protagonista de uno de aquellos instantes, con todos esos componentes tan amados de los bardos. Solo estaba el mundo. El y si mismo. Y transcurria [el mundo] como siempre transcurre. Nada de tormentas, nada de estrellas diamantinas, nada de espadas carmesi, pajaros de alas color violeta o calles grandes, amplias, de muchas luces. Eso, esto era el mundo cuando deja de ser historia y se convierte en realidad. Y adquiere aquellos pequeños trazos de pintura primordial que le quitan el rostro de cuento y le embardurnan el de cotidianidad. Esto era.

Al final, quiza al final del mundo que acabo de describir, al final o quiza el principio, Deilost dio un paso. Luego otro. Las botas metalicas resonaron y su estremecimiento resono con el resto de la armadura. Al caba de nos cuantos largos y calmados susodichos, Deilost cayo al piso. Habia esperado 4 dias y 5 noches. Ahora, al amanecer del quinto o quiza primer dia, era hora de caminar. Habia esperado encima del tejado a que algo pasase, todo ese tiempo, pero no habia pasado nada. O quiza todo habia seguido pasando y nada se habia detenido. El caso era que ahora habia que caminar. Caminar callado bajo el sol mudo y la luna inclemente. A la espera, siempre a la espera. A la espera del mundo y sus largos brazos. Largos, si, aunque tambien perezosos. Podias caminar y caminar y caminary seguir hasta alcanzar el mar, enemigo de los caminantes. Y nada. Pero eso no desanimaba a Deilost. Y asi, echo a andar. Lento. Paso largo. Un pie, luego el otro, a traves de caminos, veredas, bosques, costas, calles, tejados y montañas. Y asi como el mismo caminante, el mundo siguio su curso. Callado y omnipotentemente omnisciente, siguio su rotar de peolota perezosa. Pasarian, quiza, unos 20 años mas antes de que algo pasara o se detuviera para deilost dejase de caminar. Y hasta entonces todo seria igual. Callado, tranquilo y en armonia con el rotar del mundo. Sangriento, perturbador y en armonia con el rotar del mundo.



Eso fue. La insuficiencia. Eso fui yo, tratando de alcanzar el umbral de las historias con mis instantes rotos. Eso es lo que me pasa cuando trato de alcanzar aquel dorado arco. Camino, me muevo, desarrollo, se me acaba el instante, me quedo quieto Y mi idea se desangra, de frio..




Eso fui. Y si no les gusto, pues muy de malas. Por que eso, eso que fui, eso ya no lo soy.


Solo es , puede ser, otro instante nuevo, otro instante mas de Nicolas, en la bruma....

Texto agregado el 30-01-2013, y leído por 120 visitantes. (0 votos)


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