Este cuento forma parte de un juego, el cual pasamos un cuento clásico a uno de terror. Disfruten!
Todos conocemos bien a pinocho, pero conocemos bien a Geppetto?
Este noble y simpático carpintero, al cual todos conocían y brindaban su confianza, un día decidió hacer algo mas que un simple banquillo o una mesa.
El decidió realizar un títere de madera, con sus rasgos bien detallados y definidos, para eso uso su mejor madera a disposición, pino de los bosques embrujados.
Los habitantes del pueblo pasaban y no entendían de que se trataba. -"Quedaras como si fueras de verdad"- Repetía una y otra vez.
Luego de semanas de trabajo, el títere quedo terminado y para su gran sorpresa, no necesitaba de los cordeles para moverse. Pues hablaba y se movía como un niño normal.
-"¿Pero que he hecho?"- Dijo
-"¿Cómo explicar a los habitantes de esta, digamos, magia?"-
-"Nadie debe enterarse!"-
Luego de un tiempo, concluyo que lo mejor no era destruirlo, sino buscarle otra solución, una que vendría de algunos libros oscuros.
-"Claro, aquí esta, un ritual será suficiente para convertirlo a un niño de verdad"-
Solo que todos los rituales de todos los libros, exigían un cuerpo humano para el traslado del alma.
Los niños no tardaron en ir desapareciendo del pueblo, ritual fallido tras ritual, niños distraídos, confiados del noble carpintero, alejados de la vigilancia de los padres, caían en manos de Geppetto, quien obsesionado con su idea no paraba de sacrificar niños.
-"Mantaria alegario! Omnante commodoriuuuu!"-
Las palabras dichas por Geppetto al viento, hicieron temblar el piso, habían dado resultado!
El títere, tieso y desmoronado en un rincón había cedido su alma al cuerpo de carne y hueso que yacía en el piso.
Pronto todos conocerían a pinocho el gran niño alegre, claro que Geppetto ocultó el asesinato de 31 niños, para eso modificaría a los rituales por un hada, los temblores por un grillo llamado pepito y todos felices. Salvo las 31 familias que perdieron a sus niños claro!! Como olvidarnos!
Pinocho pinocho, que linda historia la suya.
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