Tu espina, larga espina
Clarice
será que la pequeña Sofía
pudo haber visto el amor
a través de los ojos del maestro
o
como la leyenda africana donde la bruja,
pudo amar porque
el valiente Quirikú
Extrajo la flecha, la punta de flecha
Que lastima, duele, y a la vez fortifica
A veces el amor, de vez en cuando se presenta
Y así como la bruja, como Sofía, como Clarice
Yo sangro por tu herida.
Y qué oportuna suerte la mía,
Yo, impaciente
extraje la punta envenenada,
La que te aqueja.
Mi pregunta es muy áspera,
tal vez más que concreta:
Una vez extraída la punta de la flecha...
¿Quién curará la herida hasta que permanezca?