Una larga espera de cielo y mar, ruidos y murmullos despiertan. El cielo se nubla de colores y el sol brilla, hay música en toda la atmósfera que rodea ese espiral de sueños. Los arboles dueños del lugar te proporcionan aire fresco y refugio, quizás mirar el espejo de su copa nos enseñe que la vida es así, natural. Nada debería empañar el andar, nada debería ser imposible en la vida. Solo el respeto nos dejara en el lugar seguro donde las hadas y los duendes puedan volar sin ser atacados y los sueños destilen sus encantos en noches de luna. Un dulce despertar al amanecer nos acaricie como la lluvia, el sol, el viento y la soledad, que es tan preciada para distinguir lo que poseemos. Ver, oír, saber, tener ese mundo que casi nadie ve, es un privilegio por lo tanto seamos privilegiados,
ahondemos más nuestra esencia en su pura presencia, y veremos mucho más allá de lo que creemos.
Es nuestra naturaleza pura solo que nos salpico el devenir de los días, la influencia del poder y la mala administración de nuestras horas y deberes.
Compartamos esto tan maravilloso, y luchemos por hacer un mundo mejor donde la paz y el amor cumplan su cometido, así, podríamos ser más felices y más humanos, en concordancia con nuestra naturaleza.


MARÍADEL ROSARIO ALESSANDRINI