Tomó la cosmetiquera, se maquilló lo mas que pudo, debajo de esa mascara artificial estaba escondiendo a otra persona, o esa mascara artificial la transformaba en otra persona, se vistió con unas ropas diferentes a las que tenia en su armario, ya era un poco de noche, el cambio estaba hecho totalmente, se sentó en la silla del comedor, encendió un cigarrillo, lo aspiro un poco y lo tiró al patio, notó que nadie la estuviera escuchando y con un poco de sigilo abrió la puerta y salió de su casa, fue en busca de como obtener otro ingreso extra que le ayudarían a mitigar la situación económica por la cual estaba pasando.
Llego al lugar donde habitualmente se colocaba, era una calle concurrida por varios autos y personas, con el correr de la noche las personas disminuían y los autos pasaban menos, la noche avanzaba y lo único que la acompaño fue el roció de la noche, las luces artificiales de unas lámparas cuya luz anaranjada y a medio luz la alumbraran para que los demás la vieran de reojo en su paso rápido por la avenida. Unos pitos y luces altas le hacían señas para que se acercara a los autos, ya la experiencia que había adquirido le decía en su interior que esperara y que no se acercara mucho, el oficio la había hecho precavida y desconfiada, los autos se alejaban al ver que ella no se acercaba.
Pasaban las horas y quizás pensó que esta noche no obtendría ese ingreso extra que tanto necesitaba, en la madrugada un auto se paro justo en frente de ella, la llamo y ella accedió, hicieron el trato y ella se subió, se alejaron por la avenida y la noche se los comió a ambos, desaparecieron por la noche oscura, era como si la tierra se los hubiera tragado, pasadas un par de horas el mismo auto que la recogió en la avenida la dejo en el mismo lugar, se bajo del auto y se quedo de nuevo acompañada del roció nocturno y de las luces artificiales, esta vez sintió un poco de frio y de su cartera sacó un suéter color negro, se lo puso para mitigar el frio de la madrugada; otro vehículo se paro justo frente a ella, esta se acercó y se volvió a subir.
Llegaron al lugar donde normalmente procedían a esa media hora de placer, pero el placer era para la otra persona, para ella era simplemente otra forma de obtener un ingreso extra, entraron y notó que la otra persona se sentó en una silla y empezó a platicar con ella, al parecer era lo único que él quería, entablaron una comunicación muy amena, ella le contó del porque estaba haciendo eso, que necesitaba un ingreso extra, él le dijo que solo quería platicar con alguien y que a él también eso le parecía un gasto inútil en un amor fugaz, efímero, pero que al final no resultaría en nada, salieron del lugar y él la llevo en su auto al mismo lugar donde la recogió, se despidieron y ella sintió que se había desahogado un poco con la conversación que tuvo con el cliente.
La noche estaba por dar sus últimos suspiros, uno colores celeste anaranjado anunciaban el alba y era la señal de retirarse del lugar, varias personas y autos empezaban a hacer su recorrido para sus labores, tomo un taxi al cual ya conocía y éste hacia un solo viaje llevando a varias amigas de ella, entre todas pagaban el taxi para que les saliera mas barato, el taxi hizo su recorrido, fue la penúltima a la cual dejaron cerca de su hogar, siempre se bajaba antes para no presentar sospechas de su trabajo nocturno, llego a la puerta de su casa, saco las llaves, con mucho cuidado y sigilo abrió la puerta, entro, los niños empezaban a levantarse, la señora que los cuidaba ya estaba levantada también, la saludo y ella se le quedo viendo como sospechando de todas sus salidas nocturnas, le parecía que no era lo correcto que una mujer con dos niños estuviera saliendo todas las noches, era muy peligroso, mas ahora en estos tiempos.
Si dirigió al cuarto donde estaban los niños para saludarlos y abrazarlos, pero de repente se detuvo y cambio de idea, regreso a su cuarto y se cambió de ropa para luego entrar al baño, quería tomar una ducha, sintió que traía algo en el cuerpo que no era de ella, quería quitarse ese sabor y olor amargo de la noche, parecía que tenia asco y una suciedad impregnada en la piel, se duchó y aseo lo mas que pudo, tomó la salida de baño y así se acercó donde los niños, los abrazo y les dio un beso, sintió una pasividad y una tranquilidad al hacer ese gesto, había dejado en el baño el olor, la experiencia y la suciedad que traía del trabajo nocturno.
Se cambió y acompaño a los niños hacia la escuela, ella tomó otro rumbo y con lo que había conseguido del trabajo nocturno empezó a cancelar las deudas que tenia, las deudas mensuales que la agobiaban por completo, tenia lo justo para cancelarlas y de lo poco que le quedo, compró un poco de alimentos y leche para sus niños, regreso a la casa y sintió una soledad, la misma soledad que sentía cuando estaba en la calle junto con el roció y las lámparas que daban la luz tenue anaranjada, se recostó en el sofá de la sala, descansó lo mas que pudo, cuando despertó ya era hora de ir a recoger a los niños, los llevo a la casa, les hizo un poco de comida, en el transcurso de la tarde hizo las tareas con ellos, ya empezaba a atardecer cuando la señora que se los cuidaba llamó a la puerta, ella le abrió y le dijo que ya les había dado de comer.
Espero a que se durmieran los niños y empezó de nuevo a maquillarse, a ponerse esa mascara que la transformaba para salir a ganar ese dinero extra, se cambio por completo, entro al baño a retocarse, vio su imagen en el espejo y esta reflejaba una persona muy diferente, con los ojos pintados sobre los parpados, las pestañas postizas, un rubor exagerado en la cara, los labios pintados con un color rojo intenso que le brillaban, vio de nuevo la imagen y en su interior pensó: “tu no eres esa que esta ahí, yo soy diferente, eres simplemente una imagen ficticia”.
Cuando estaba por salir, la casa estaba muy tranquila y en silencio, encendió un cigarrillo, esta vez lo terminó y tiró la colilla en el cesto de la basura, sacó las llaves para abrir la puerta, con mucho cuidado la abrió, cuando salía de la casa una silueta en la oscuridad le hablo, se asusto un poco y se dio vuelta para ver quien era, con asombro notó que era la señora que cuidaba a los niños, esta la verla le dijo:
-que le vaya bien, tenga mucho cuidado, de noche pasan muchas cosas-
-gracias por el consejo-le respondió
-A veces por necesidad hacemos cosas que ni imaginamos, pero recuerde el cuerpo nunca estará joven, se va haciendo viejo, se lo digo por experiencia propia-le dijo la señora.
Salió de la casa para su trabajo nocturno y meditó toda la noche sobre lo que le había dicho la señora, al final esa noche no obtuvo nada, al siguiente día no descanso y después de dejar a los niños en la escuela, se dirigió a un centro comercial, cuando estaba frente a un local vio que en este se vendía ropa y artículos personales para dama, observó la puerta de entrada, era de vidrio, pegada en ella había un rotulo pequeño que decía “empuje”, también otro escrito en un pagina tamaño carta y en tinta color negro que decía: “Se necesita empleada joven para ventas, sin problemas de horario, sueldo mínimo, interesadas, pasar a este local”; miro el rotulo, su imagen se reflejo en la puerta de vidrio del local pero sin la mascara artificial que ocupaba todas las noches, meditó un poco y dijo “nunca voy a ser joven, por algo tengo que empezar”; empujó la puerta de vidrio y entró al local.