El hombre de los efectos especiales
Yo hago ruidos. Todos los ruidos. ¡Soy el hombre de los efectos especiales!:
Tictac, tictac; cric, cric; clic, clic; zzzz, zzzz; guau, guau; ja, ja, ja; ji, ji, ji; hi, hi, hi; pipí, pipí; popó, popó; pupú; kikirikí; tachín, tachín; ¡ax, ax! (en desuso); ninó, ninó; ¡hu! ¡hu! ¡hu!; bla, bla, bla; muu, muu; tris, tras; tras, tras; ñaca, ñaca; fru, fru; muá, muá; muuuuuuá; ¡fos!; ¡puf!; buu; ssss, ssss; cataplón; plom; brrrum, brrrum; ¡uf!; uuuuh; tchssss, tchssss; cloc, cloc; ox, ox (un poco ridículo); ¡uh!; plaf; talán, talán; tilín, tilín; cuá, cuá; tararí, tararí; ¡hummm!; chin, chin; beeee, beeee; suculúmmm; ¡aaaaaah, ooooooh!; gluglú; glup, glup; uyuyui; ¡achís!; ¡ayayay!; miau; fú, fú; cof, cof; ¡ejem, ejem!; sssssshhhhh ¡pom!; iiiaaiieekkk; cucú, cucú; huaaauugg; plas, plas; raaam, raaam; ajijiiiií; pum, pum; pin pan pun; ¡toioioinnnggg!; rin, rin; booooooooom; toc, toc, toc; ratatatatatá; pío, pío, pío; ¡evohé! (cultismo: grito las bacantes aclamando a Baco), ¡evohé! ¡evohé!
Estoy en paro. Éste es un trabajo demasiadas sutil para los tiempos que corren.
Juan Yanes |