Después de tantos años intentarlo... me rindo.

Ya no puedo más.

La historia?

Por 23 años soñé con un solo sueño: conseguir lo que tengo ahora.
Soñé con ser quien soy. Lo soñé noche tras noche, y todo lo que hice fue para construir este sueño. No podía pensar en otra cosa más. Este sueño, era mio y era mi menester alcanzarlo. Pero hay un detalle muy importante: solo dependía de mi hacerlo. Por eso fue tan sencillo conseguirlo, solo había que dejar pasar el tiempo y yo me encargaría del resto. Lo sabía. Simple.

Cuando a los 24 años, finalmente conseguí aquello que había soñado media vida... me sentí tan llena, tan completa, tan... yo. Y fue cuando finalmente mi cabeza tuvo chance de soñar con algo más. Con algo que, a diferencia de mi sueño anterior, depende no solo de mi, sino de "alguien" más. Uf.... ya se complicó todo... metí al mundo en mis sueños. Error.

El mundo... esta confundida sociedad en la que vivimos... no la entiendo. Siempre me he sentido fuera de sitio... en general, no digo solo ahora. Esta sociedad tiene ideas que yo no entiendo, carezco de lo que se necesita para entenderlas. Y por ende... los humanos ahora tienen ideas en la cabeza, que me parecen insípidas. Vivir por vivir. Sin más.

Así que... lo intenté... por 4 años, intenté alcanzar un sueño que involucra al mundo y a mi. Pero me he dado cuenta que durante estos cuatro años mi corazón día a día se llena de tristeza al no poder cumplir ese nuevo sueño. Intentándolo de espécimen en espécimen. Mientras más intento conseguir este segundo sueño, más se entristece mi corazón. Derrota trás derrota... se marchita. Así que hoy lo he decidido (y lo escribo para que no lo olvides!)... me rindo.

Este nuevo sueño no es mio, no es para mi.
One-way trip... one-passenger trip.
Siempre fue así.

Meteré en esa maleta aquellos vestidos que me encanta usar en verano. La ropa deportiva con la que ando en bici por las ciudades. Aquellos posters que he pegado en todos los cuartos que he tenido. Ese aparato de sonido que me compre con mis primeros ahorros y esas fotos... esas fotos que me recuerdan día a día... por quienes es que soy lo que soy (para bien o para mal). Mi pasado va en otra maleta. Mis convicciones e historias en la maleta de mano. Las guitarras en el hombro. Y esa sonrisa bien puesta! ...después de todo es el 50% de la actitud.
Y nada más...
Cierro la maleta.

Me rindo.