Deseo pedir perdón pero me asusta el tiempo que paso, hay un montón de espinas que aún persisten en las heridas.
Parece que fue ayer pero ya pasaron tantas noches y días sobre mi ventana, que el perfume de tu amor se congelo disfrazado de jazmín.
El viento te recrea al deslizarse sobre la flor, y danzan mil recuerdos.
Deseo tener esperanzas, pero en mis noches los recuerdos torturan mi razón y mi alma escapa a otro espacio sin permitirme llegar.
Vacías de luces en las sombras más negras una mariposa revolotea, y en sus alas viaja tu corazón herido, maltrecho.
Deseo pedir perdón al final, en mi partida. Y dejarte una corona de espinas, aquellas que un día me entregaras para su cuidado.
Hoy te hago dueño de esos sueños que perforaron el mío.


MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI