Sea bienvenida la noche
A la danza de los cuerpos amantes
Y deseosos…
De los deseos inspirados
En la lujuria de la carne.
Corazones palpitantes
En una tormenta pasional…

Los amantes se cubren de besos
Y se cobijan con el calor
De sus pieles
No sienten frío…
Sensaciones que no se consumen
Suspiran… suspiran…
Aspiran el perfume que brota
De sus entrañas.
Ambos sudan…
Oscuridad
Caricias
Besos fulminantes
La luna brinda amorosa
Sus suaves rayos de luz
Dos seres humanos se
Entregan mutuamente
En un baile improvisado
De la ternura de los labios
De la suavidad de los pies

Ellos se observan
En medio de la oscuridad
Sus pupilas se encuentran
Y sin hablar se dicen mucho

Los astros son cómplices
De la cita lasciva…
Las estrellas titilan
Ellos siguen amándose
Saboreándose
Sintiéndose
Necesitándose el uno al otro
Inventando la crónica intensa
De un amor desesperado
Cierran los ojos
Se sienten cerca, muy adentro
Un delirio que calcina
Una lluvia de calor
La sangre corre presurosa
Los amantes giran y giran
Se envuelven
Se agitan
Suben al cielo
Tocan las nubes.
Llega el alba
Ellos descansan
Amanece y
El sol regala sus primeros rayos
A una pareja de amantes
Que se quisieron
Bajo el manto de la noche.