No existirá la muerte
cuando yo muera,
porque he de morir
en un soleado otoño
así sea plena primavera.
Un aire de caramelo
y un prado de margaritas,
presagiaran días clareados
que sigan a mi ausencia.
Despreocupados ríos
resucitaran vergeles,
mudara su pluma la torcaza
y se romperá el silencio
en el amanecer del campo.
Alguna mejilla será rocío,
aquel y el otro continuaran
su rutina de fútiles quejas.
Una pequeña artista
pintará de rosáceo suave
su príncipe azul deseado .
Y admitiendo que he muerto,
continuaré viviendo
en el coro de cigarras
que reclaman del verano.
Texto agregado el 25-01-2013, y leído por 351
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Lectores Opinan
25-01-2013
Hermoso poema. Había leído por allí: "... es que en la mano eterna de la muerte una pluma se esconde entre sus huesos". No hay muerte que pueda con la poesía. ANTEELTECLADO
25-01-2013
hermosisimo...pero no miueras nunca Seroma ,por fa...quedate en el reino de los impios y cursis .ok.
mapata
25-01-2013
¡Hermoso poema! LiliumAeternus
25-01-2013
si eso pasara muchas mejillas serán rocio, preciosas letras aunque me hicieron un nudito en la graganta pero son muy bellas ******** pensamiento6
25-01-2013
y admitiendo que he muerto... Bellísimo poema. lilianazwe