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Saco para boxear

Nació en los 80, precisamente cuando el Papa visitó Latinoamérica, cuando la masa en general se llenó de espiritualidad, con una necesidad angustiosa de libertad e igualdad, su padre un francés afincado por estos lados y su madre una niña criada en los campos chilenos. Natalia era la tercera de cinco hermanos, la única niña de la familia, mimada y feliz, fue reina de la vendimia tres veces seguidas, se dice que en Santa Cruz están las chicas más lindas de la región. Aunque su padre no era acaudalado, tenían buen pasar y se esmeraron en la educación de todos los hijos, especialmente en la de ella.

Tuvo novios, varios, pero se espantaban rápido ante tanto hermano protector, hasta que llegó Damián. Un día de Septiembre apareció este ingeniero agrónomo, contratado por una de las Viñas de la región, guapo, extrovertido, simpático y sobre todo del agrado de toda su familia, en pocas semanas se embriagó de amor. No pasaron más de tres meses y comenzaron los preparativos para la boda. Los padres de él viajaron de Santiago para el compromiso oficial, Natalia se sorprendió un poco de lo diferentes que eran ellos, de condición acaudalada y algo fríos en el trato, muy educados, contentos de que su único hijo hubiera encontrado una mujer “decente y merecedora de su amor”.

La noche del compromiso Damián les informó que tendrían que vivir por lo menos un año en Brasil, se haría cargo del lanzamiento de una colección de vinos de la Viña para la que trabajaba, unos tintos añejados especialmente para la exportación en los que él había asesorado y que ahora recién se pondrían en el mercado internacional, comenzando por ese país. Los padres de Natalia y sus hermanos no se sintieron felices por la noticia, pero ella le encantaba la idea de empezar su vida con él en cualquier parte, nada le opacaba, irradiaba belleza y amor.

Todo fue un torbellino, fechas fijadas, fiesta organizada, boda en la Catedral, más de quinientos invitados. Viajaron a Río de Janeiro a disfrutar a plenitud su luna de miel, tres semanas después se instalarían en el departamento que la empresa les proporcionaba en Brasilia mientras durara su trabajo en ese país.

Seis meses después, sentada en el piso del baño, con una toalla mojada se limpiaba la sangre de la boca, pensando como escapar, hace rato que le había quitado el celular y las tarjetas de crédito. Lo que ella quisiera comprar debía pedírselo a él. En este tiempo después de la boda, había ingresado tres veces al hospital por alguna fractura menor, un dedo meñique, salida de un hombro, tres dedos de un pié, “accidentes caseros” decía el reporte. La primera vez que la golpeó fue en el hotel en Río, cuando ella no quiso levantarse de inmediato por la mañana, por que estaba cansada y quería dormir mas, él le pidió dos veces que lo hiciera y ella mimosa dijo que no, entonces la había tomado de los cabellos y la había metido a la ducha con el agua casi hirviendo, no quería recordar más pero aún le dolía una de las quemaduras en el glúteo. Le pidió perdón de rodillas ese día después que volvieron de la clínica, el hotel los indemnizó por el mal estado de la ducha y ella calmó a sus padres desesperados al teléfono explicándole que había sido un accidente sin importancia.

Después del incidente del hotel, Damián la llenó de mimos y cuidados, la llevaba a pasear y la llenó de regalos hasta que a ella se le ocurrió contradecirlo de nuevo, la golpiza fue brutal y cuando ella intentó llamar a su familia él no se lo permitió, la encerraba en el piso sin teléfono y sin dinero, a veces por su trabajo no aparecía en varios días. Al principio pedía ayuda a gritos que nadie escuchaba, se sumió en la desesperación y su mente comenzó a jugarle malas pasadas, sólo sentir el ruido de la llave entrando en la chapa de la puerta le devolvía el temblor en las manos, hace tiempo que casi no dormía y cuando lo lograba, se repetía siempre la misma pesadilla.

Hoy se había presentado la oportunidad que ella esperaba hace meses, él olvidó las llaves de la puerta sobre la cama después de violarla apurado porque tenía una reunión importante después.


Natalia se bañó rápidamente y se maquilló para tapar los moretones, tomó las llaves y corrió al centro comercial para que le hicieran una copia. Después fue al banco donde ella tenía su cuenta de soltera y pidió que le remesaran su dinero, le pidió a la ejecutiva que no la llamara por que se estaban cambiando de casa y que ella se comunicaría en un par de días más. Recorrió a la carrera las tres cuadras hasta la casa sudando entera, entró aterrorizada pero él no había regresado aún, dejó las llaves bajo la cama un poco asomadas para que las viera y escondió la copia dentro un paquete de sal que dejó al fondo de la despensa. Debía huir pero hoy no sería ese día.


Una semana después, con tres golpizas mas en el cuerpo, se escapó nuevamente y retiró una tarjeta de débito, tenía suficiente dinero para viajar, corrió de vuelta a la casa justo antes que el llegara. Escondió la tarjeta junto con la llave mientras le prepara la cena y esperó a que saliera como lo hacía todas las noches.

Había preparado el plan con tanto esmero, pero ahora que debía concretarlo las lágrimas le nublaban la visión y el miedo le hacía cubrir de sudor el cuerpo, se vistió en el baño, en el bolsillo del jean había puesto un billete para el taxi, se acercó al bolsa de sal y retiró los dos objeto que la llevarían a la libertad.
Sigilosa metió la llave en la cerradura, salió al pasillo y tiró suavemente la puerta para cerrarla sin meter ruido, pero una mano comenzó apretar su cuello arrastrándola dentro, Damián cerró de un portazo y en vilo la llevó hasta el comedor, la recostó sobre la mesa mientras la insultaba y dispuesto a abusar de ella como tantas veces, pero algo topó la cabeza de Natalia y no lo pensó siguiera, tomó el florero de un vidrio grueso y se lo rompió en la cabeza, lo sintió resbalar por sobre su cuerpo y el golpe pesado al caer al suelo, encendió la luz para mirarlo, el intentaba incorporarse pero respiraba con dificultad... supo que debía correr.


Los padres de Natalia recibieron el llamado de la policía las 6 de la mañana, su hija había ingresado al país bastante maltratada, se había desmayado a la salida del aeropuerto, la habían llevado a una clínica en la ciudad, su bajo peso y algunas heridas infectadas en los pechos y en la espalda la tendrían de cuidado por un tiempo, pero estaba a salvo por fin, se abrazaron a ella llorando, la denuncia estaba hecha y el Juez había dado la orden de arresto. A ella sólo le interesaba que los trámites de divorcio comenzarían de inmediato y volver a casa, a su hogar, con sus padres, a salvo, para intentar olvidar las pesadillas de cada noche en las que ella se convertía en un saco para boxear.

Texto agregado el 24-01-2013, y leído por 355 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
05-02-2013 Terrorífica historia. Te aseguro que si cae en manos de Stephen King, escribe otro de sus best sellers..tu prosa es perfecta 5* sugonal
26-01-2013 La primera golpiza hubiera sido suficiente, ya sabía de lo que era capaz. Lo único de lamentarse es que él quedara vivo. Fuerte historia, bien escrita. za-lac-fay33
25-01-2013 Tremenda historia amiga, considero que no existe hombre más cobarde que el que golpea a una mujer. Un abrazo!!!!!! cinco aullidos furiosos yar
25-01-2013 Excelente relato y triste temática. Un abrazo!! gsap
24-01-2013 ¿Tienes hijos? pero bueno si no los tienes es fácil fijate en un niño o niña de cinco o seis años o menos edad y piensa que sería de él o de ella en manos de un tipo así. Hay muchas historias sobre este tema, a mi me ponen los vellos de punta, pobres criaturas. CORAZONVERDE
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