"Aquél que se adentre en tal pregunta no debe sentir miedo ni desfallecimiento
Para el alma cobarde o el corazón sin fe la búsqueda fue inútil"
John Frederick William Herschel
"No hay duda de que, junto con la luna Titán, Encelado debería tener una prioridad muy alta para nosotros"
Dr. Jonathan Lunine, científico interdisciplinario de la Cassini en la Universidad de Arizona en Tucson.
En el tablero se leía en tiempo de la tierra: Encelado 15 de octubre del 2135 Hora Estelar 1950 hrs tiempo del viaje 7 años 10 meses 15 días...
Por la escotilla hecha de polímeros de carbono y transparente como el agua, se podía observar los geiseres del polo sur lanzando cristales de hielo al espacio a través de las rayas de tigre, casi imperceptibles a la vista humana por la oscuridad que reinaba alrededor de una más de las lunas en Saturno, pero visibles en ese momento gracias a la radiación en forma de luz multicolores que expedía el sistema de propulsión por biomasa del Ícaro, que volaba su 30ava y última misión. En la sala principal de laboratorio de genética avanzada en la cámara de criogenia numero 4 y como si de algún lugar lejano volviera, la conciencia de aquel cuerpo recién sacado del sueño líquido no podía aferrarse a ese silencio absoluto y terminar de despertar de una vez por todas, creyendo todavía que aquella vastedad blanca e impoluta pertenecía a un terreno onírico y nada más; Solo cuando el dolor apareció al golpear la esquina de la compuerta del tubo de criogenia con el dedo del pie, es cuando comprendió que estaba vivo de nuevo y con la misma edad física que tenia al momento de entrar al sueño liquido.
Orbitando alrededor de Encelado el Ícaro se preparaba para descender en la superficie congelada casi a -193 °C por lo que la nave comenzaba su proceso de autorregulación de temperatura y a su vez el capitán se ponía el traje espacial que utilizaría por última vez pues al igual que la nave él también se retiraría al termino de la misión, había conocido los confines del sistema solar y aun así no se acostumbraba a la idea de que su última tarea seria condenar a la muerte a otro mundo, otra vez, otro pedazo de este sistema solar se extinguiría a manos del hombre.
“Es por un bien común” escucho decir a los ejecutivos de la corporación WAR (Wáter Industries Revolution) la cual se dedicaba a explotar el recurso más valioso y escaso en la tierra. “Piensa en el beneficio de la humanidad"
¿Cuándo la humanidad se había preocupado en el beneficio de otras especies? Se preguntaba así mismo mientras terminaba de calzarse las botas aislantes ¿Estoy seguro que quiero condenar a este frágil sitio a la extinción? Volvía a preguntarse al tiempo que con el rabillo del ojo comenzaba a apreciar la estela de hielo y yodo que conformaba parte del anillo E que rodeaba al sexto planeta de nuestro sistema solar.
Encelado era uno de los gigantes de cien brazos, hijo de Urano: brotó de su sangre cuando fue castrado por Cronos, curiosamente el tiempo le había llegado nueva mente al gigante de hielo pero no sería el señor del tiempo si no el “hijo de dios” quien fungiría como verdugo al vaciar sus entrañas del vital liquido que lo mantenía con vida.
Solo era cuestión de llegar hasta los camellos (gigantescos autómatas-cisternas lanzados décadas atrás, que penetraron la atmosfera de Encelado creando cráteres similares a los de la luna) y encenderlos, uno a uno dar vida a los caballos del apocalipsis que terminarían con este lugar.
¡Yo seré el mensajero de la muerte!
Pensó, al tiempo que un escalofrió recorrió su espina dorsal. El capitán James Al Sararí tomo lugar en la silla de mando y presurizó la cabina de acuerdo a la fuerza de gravedad que se sentiría en la superficie del satélite y comenzó la cuenta regresiva para el descenso: Diario de la misión.- se inicia el proceso de descenso a la luna llamada Encelado, hemos identificado los lugares donde impactaron los camellos y sobrevolaremos dichos sitios para encender, ya sea manualmente o a través de radio frecuencias a los robots cisterna que han de extraer el océano de agua debajo de la corteza de hielo que hace de superficie a este planeta, así mismo se prevé que al explotar el manto acuífero la producción de energía calórica casi 16 megavatios disminuya al punto que cualquier microorganismo o forma de vida que sustente de dicho ecosistema tienda a desaparecer, no se recomendó la exploración científica por parte de la dirección de misión así que procederemos a iniciar el conteo.
El capitán presiono la pantalla en el icono que direccionaba los propulsores de biomasa dirigiendo la trayectoria de la nave hacia el 1er lugar de impacto conocido.
Entrando a la atmosfera 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1…
Se ajusto el cinturón al tiempo que observaba el resplandor que creaba la fricción de la nave de titanio y polímeros al chocar con la atmosfera, solo unos segundos duro la turbulencia originada por la caída a gran velocidad para después estabilizarse y comenzar a planear sobre los cielos de la luna, su mirada fue inundada por un paraje blanco azulado de diferentes superficies y texturas. Cuarenta grados sur, quince al oriente tiempo estimado: cinco minutos.
Se leía en la pantalla led que anunciaba la distancia y posición del 1er robot cisterna que media más de diez kilómetros de largo y cinco de ancho. A medida que avanzaba el Ícaro se podía divisar más claramente el cráter creado por el impacto y la fisonomía grisácea del gigante de metal, curiosamente entre mas se acercaba a su primer destino más se maravillaba de lo que sus ojos le ofrecían y de las formas que su razón se esforzaba por entender; posicionando suavemente la nave al lado del gigante de metal; tomo el casco de carbono para ponérselo, entro en la cámara de vacío y procedió a abrir la compuerta para ser el primer ser humano que oficialmente pisaba la superficie de Encelado y muy probablemente el ultimo. Mediante un comando de voz encendió los faros de halógeno apostados en el frente de la nave para poder guiarse y verificar el estado de la mole de metal que se erguía como un intruso amenazante; al avanzar unos cuantos metros se topo con una especie de flor de cristal la cual reflejaba haces de luz multicolores que rebotaban de las lámparas en la superficie del casco, metros más adelante creyó ver una colonia de microorganismos que devoraban las rocas compuestas de H2O ¡sí! aquí el hielo lo conformaba una mezcla de hidrogeno y amoniaco mientras los cuerpos rocosos estaban hechos por el agua que salía expulsada a la atmosfera como lava por los geiseres ubicados al sur del satélite.
No tardo mas de diez minutos para estar al pie de la mole de hierro, se dirigió hacia el panel de instrumentos que estaba a unos cien metros delante de su posición actual, mientras avanzaba no pudo evitar recordar la suerte de su planeta hogar y como al acabarse los mantos acuíferos toda forma de vida comenzó a extinguirse a tal punto que la raza humana era lo único que afirmaba que en aquel pedazo de roca árida hubo alguna vez vida y como desde aquel momento dicha especie se dedico a vagar por la vastedad del universo en busca del preciado liquido que le permitiría continuar con vida. Las reservas se estaban acabando y eso que se habían desalinizado los mares para el consumo humano, matando a cualquier especie que dentro de los océanos viviera, pero asegurando unos diez lustros de vida para el hombre ¿En qué momento decidimos que éramos dios y que el todo nos pertenecía?
Fue arrancado al instante de ese pensamiento al alzar la vista y observar por primera vez y detenidamente el cielo que se abría tan lleno de vida para él, millones de estrellas a la izquierda y el gigantesco planeta y sus anillos a la derecha , que por la posición del satélite (en el anillo E de Saturno) solo una parte de aquella maravilla se lograba observar; Hasta ese instante Al Sararí había permanecido impávido, en parte por el largo tiempo congelado y imparte por el virtual olvido de las emociones humanas al no tener un semejante con el cual practicarlas; pero no tardo más de dos segundos en darse cuenta de tal enormidad y belleza al punto que el capitán sintió como una lagrima rodaba por su mejilla hasta la comisura de sus labios, después de mucho tiempo volvió a probar el sabor de la tristeza humana.
La gravedad en dicho satélite era muy parecida a la de la luna por lo que casi brincaba en su trayecto hacia el panel de instrumentos amarrado a un cinturón de seguridad que a su vez estaba fijado a la compuerta de entrada a la nave, en ese momento presiono el botón de recuperación del cable y se dejo llevar nuevamente al pie de la compuerta, acto seguido cerro la cámara de vacío y se encamino hacia la armería de la nave, recordó que tiempo atrás en una misión en Marte habían utilizado explosivos del tipo “termite” muy antiguos pero aun efectivos para ciertos trabajos de demolición, recogió sesenta cargas, calculo que bastarían cuatro cargas para deshabilitar totalmente los motores y los sistemas electrónicos de los autómatas y como si de su propia vida se tratara regreso el camino anteriormente andado hasta la cámara de vacío y después de despresurizar el habitaculo, salió al exterior y casi corriendo se dirigió hacia el primer panel de instrumentos, no le importo que acusa de la aceleración, la poca gravedad pudiera salir disparado, ni siquiera estaba consciente de haberse conectado al cable de seguridad lo que pudo constatar metros más adelante al enroscarlo en su mano para disminuir la velocidad al acercarse a su destino; Miro el reloj de cuarzo que le regalo su madre al enlistarse en la armada espacial, la única esperanza para alguien de nacimiento normal como él ,la modificación de los genes aun seguía siendo cuestión de clases. Eran las 2130 hrs transcurrió tan solo una hora y cuarenta minutos desde su llegada, de acuerdo al itinerario de vuelo su misión no debería durar más allá de seis horas terminando con la extinción del hijo de Urano alrededor de la 0150 hrs del 16 de octubre, así que sí su intención era volar los drones tendría que darse prisa, el sistema de comunicaciones del Ícaro estaría disponible para contactar con las naves más cercanas en unas dos horas al abandonar Encelado la sombra de Saturno y así la corporación a través de las antenas podría activar a las 15 sanguijuelas que extinguirían toda vida en aquel paraje.
Tardaría aproximadamente cinco minutos para desplazarse de una ubicación a otra recorriendo el trazo del navegador en una hora y quince minutos, aunado al recorrido a pie de aproximadamente tres minutos terminando la odisea a las 1230hrs, sin perder más tiempo, el cual curiosamente se le escurría como agua entre las manos coloco las cargas, dos dentro del compartimiento que guardaba a los instrumentos y otras dos en la base de los motores a escasos veinte metros de donde estaba, programo las cargas a las 0100hrs para después presionar una vez más el botón que regresaba el cable a la nave, creado para rescatar cuerpos sin vida más qué como una herramienta de seguridad, una vez dentro de la nave confirmo el rumbo hacia el segundo camello y amparado en la clandestinidad que la falta de señal le ofrecía grabo este mensaje en su bitácora de vuelo:
Encelado 2142hrs He programando los robots para que empiecen su labor de manera uniforme y así evitar la fractura en relieves de la base de hielo lo que acarrearía problemas de grietas de cientos de kilómetros de profundidad, ocasionando la perdida de las unidades antes de cumplir el objetivo. Procedo a continuar con la misión esperando terminar la operación y regresar a casa. Capitán James Al Sararí.
Una a una fue plantando las cargas, con el mismo método, con la mima esperanza, el no se convertiría en Sileno
¡No!
No esgrimiría la lanza que atravesara al hijo de Urano para después enterrarlo bajo el Etna, ni condenaría a la muerte a otro mundo por causa de la insaciabilidad humana; cuando estaba colocando la ultima carga escucho la estática en su auricular seguida de la imagen del jefe de misión proyectada en la visera de cristal liquido del casco -capitán que gusto saludarlo hemos leído con placer su mensaje de la bitácora ¿Cómo está usted?- A lo que James solo atino a decir -Cumpliendo general y con ánimo de dormir otros siete años para regresar a casa- La imagen proyectada y visible solo por el ojo izquierdo esbozo una sonrisa y con tono diligente apunto -termine su misión capitán y después podrá pensar en regresar a casa, verificaremos antes de su partida el funcionamiento de los drones para así estar seguros ¡Confiamos en usted!-
Nada era igual cada vez que regresaba, todo por lo que alguna vez había brindado había desaparecido con el paso de los años y la promesa de explorar el universo, ya no existía lazo alguno que lo hiciera amar a la tierra ni a sus semejantes, armo las ultimas dieciséis cargas y continuo con el ritual de purificación de aquellos invasores, al terminar de colocar la ultima carga miro nuevamente el firmamento que se abría encima de él y comprendió que el tan solo era una parte más, un microorganismo y que toda su función en esa gran telaraña cósmica era salvar a Encelado aunque sea por siete años más, aunque después del sueño liquido solo le esperara una corte marcial en casa. |